No es noticia lo que estamos presenciando a diario en los titulares de primera plana de periódicos, Internet, televisión y cuánto medio masivo de comunicación exista, referente a la crisis económica, financiera y bursátil.
En esta economía globalizada que nos sorprende, los colapsos mercantiles en alguna de las naciones relativamente poderosas, producen un efecto “dominó” en todo el mundo, llevando hasta la histeria la banca mundial.
Instituciones financieras americanas, por ejemplo, de más de 100 años de historia, con más de 25.000 empleados en todo el mundo, colapsan. Firmas que han soportado la 1° y la 2° Guerra Mundial, no soportan la crisis económica actual y se declaran en bancarrota infartando a sus acreedores.
Hoy, ya no aparece la temperatura climática en el margen inferior izquierdo de la pantalla de nuestros televisores, lo que se indica es la suba o el alta del dólar o el euro, el índice “Dow Jones”, o la tendencia de las bolsas en EE.UU., Londres o Japón.
¡Lo que se indica, ahora, es la temperatura económica! ¡Eso es lo que importa! Ya estamos dentro de una cadena macabra que comienza con crisis económica.
Esta falta de circulante, no produce otra cosa que no sea hambre, primeramente en las naciones subdesarrolladas. El hambre, siempre ha traído la guerra en el curso de la historia.
El saldo que deja la guerra es muerte, y el ciclo vuelve a comenzar con nuevos intentos del ser humano sólo para ver otra vez el fracaso de sus propuestas por estar motivadas por un corazón egoísta, no regenerado por el poder de Dios.
¿Podrá, nuestro deteriorado planeta soportar una 3° Guerra Mundial más, con las armas de destrucción masiva que hoy vemos?… Creo que no.
Dios no lo va a permitir. Él intervendrá deteniendo la masacre e instaurando un régimen de dominio mundial caracterizado por la justicia y la paz en manos de su Hijo Jesucristo en su 2° venida.
Falta muy poco, los acontecimientos antes mencionados y que presenciamos a diario lo confirman. Y tú… ¿Estás preparado?
Pensamiento del día:
El que pone sus esperanzas en las riquezas es un pobre.