La vida, sea corta o larga para algunos, están llenas de situaciones que en la gran mayoría son olvidadas o no recordadas. En definitiva nos acordamos de aquellos momentos que marcan nuestra vida. El punto aquí es que Dios puede darte momentos que van a llenar de alegría tu corazón y podrás recordarlos para siempre.

Para alcanzar esto debes incluir a Dios en cada paso y momento de tu vida; en tu salida al parque o en la caminata de la mañana; en el café con Dios, en las sonrisas de tu amor o en los ojos de tus hijos. Dios no puede estar exento de tu vida, porque Él lo llena todo. Dale la oportunidad de que impregne tu vida con momentos que serán eternos, llenos de gozo y de alegría.

¿Qué recuerdas de Dios?, ¿Cuál fue el último momento de alegría que te dio?, cuéntame uno.