No es una pregunta, sino una consecuencia. Donde abundan los sueños hay también vanidades. No es malo soñar, pero sí vivir ilusionado con tus esperanzas en cosas que sólo son efímeras. Todos tus sueños en vanidades y no en Dios. El temer a Dios da sentido a tu vida y hace que tus emociones y deseos tengan el lugar correcto y lleguen a buen puerto.

Hablar de más te hace soñar y vivir una fantasía, que te lleva a mentir y creerte tu propia mentira, hace que esperes y confíes en cosas que no son parte de lo que Dios quiere muchas veces. Así que el único remedio a todo eso es temer a Dios y buscar su voluntad. Tómate un café y conversa con Él.

¿Cuáles son tu sueños?, ¿involucran a Dios?