En siglos pasados, anteriores al siglo XX, las amas de leche o “Nodrizas, eran un recurso común para aquellas madres que, por cuestiones físicas o sociales, no podían amamantar a sus hijos.

El desarrollo de fórmulas más completas como la leche en polvo, adaptada al niño, ha llevado a la paulatina extinción del uso del ama de crianza en los países desarrollados. Un bebe necesita indispensablemente del alimento para sobrevivir y de una forma o de otra, las nodrizas aseguraban la continuidad de la vida.

Seguramente, esta fue la imagen que el apóstol quiso utilizar para ilustrar la influencia de su ministerio en la vida de los de esa iglesia en Tesalónica, una antigua ciudad de Europa.

Aunque no podamos percibirlo, nuestra vida influye en aquellos que nos rodean. Tu principal campo de trabajo es tu familia.

Tus hijos, tus seres amados y amigos, son la mejor carta de presentación que tienes ante los demás. Dar vida, es obra de Dios a través de su Espíritu Santo, pero nosotros tenemos el inmenso privilegio de asegurar esa transmisión espiritual.

Cuando permitimos que la vida de Dios se manifieste a través de nuestra conducta, de nuestro modo de pensar y sentir, eso es de influencia. ¿Has pensado en aquellas cosas que día a día transfieres a los tuyos? Dios mismo quiere ser el sello que asegure Su existencia en ti primeramente y luego en quienes te suceden. Nadie más interesado que Él para formar parte de ese proyecto eterno pensado desde antes de la fundación del mundo.

Si inviertes tus fuerzas en buscar la vida de Dios y asegurar que también otros la busquen, eso es Vida eterna. Cuando Dios es el centro de tus asuntos, el Espíritu Santo produce una obra de transformación espiritual poderosa y trascendente.

Muchas personas están más preocupadas por dar reglas y órdenes que por dar vida y ejemplo.

Ocúpate en asegurar vida por medio del DADOR DE LA VIDA.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

Si ministras, transformas y si transformas, trasciendes.