La esperanza no es esperanza si no tienes en quien confiar, sólo es ilusión. No lo dice nadie famoso, sólo yo.

Pero la esperanza es real y alimenta tu espíritu cuando se basa en quien tiene el poder para hacer todas las cosas posibles, Dios.

Dios se comprometió con Jacob, le acompañó, le sustentó, lo trajo de vueltas y le dio más promesas que llenarían su alma de alegría; su hijo estaría con él hasta su muerte.

Dios es realmente compasivo con nosotros, atiende nuestras necesidades y sueños, nos da cosas que sólo Él conoce que amamos y deseamos.

Piensa: ¿hasta dónde te acompañará Dios hoy?, tranquilo, Él te hará volver y cuidará, te dará gozo como no te imaginas; sólo espera encontrarse contigo hoy para acompañarte en cada momento de tu vida.