En esta tierra sufren mucho los ancianos. ¿Cómo será el cielo para ellos? ¿Rejuvenecerán?. 

para responder a esta consulta, vamos a leer Apocalipsis 22:1-3 donde dice:

«Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán».

Estos versículos que hemos leído son una parte de un pasaje más extenso que describe el estado eterno en el cielo. Notemos algunas cosas, que son de interés para responder a la pregunta. Número uno, en el cielo, Dios proveerá sin cesar del río del agua de vida. Número dos, el árbol de la vida con sus doce frutos, nos habla de la incesante provisión de Dios en el cielo para cada ocasión. Número tres, las hojas de ese árbol en el cielo, para sanidad de las naciones nos habla en una manera figurada que en el cielo se gozará de salud perfecta. Número cuatro, el hecho que en el cielo no habrá más maldición, significa que en el cielo habrá ausencia total de pecado. Número cinco, siendo que el trono de Dios y del Cordero están en el cielo, significa que habrá un perfecto gobierno y número seis, como en el cielo los siervos de Dios estarán eternamente a servicio de Dios, significa que habrá un servicio perfecto.

A todo esto podríamos añadir la hermosa verdad de Apocalipsis 21:4 donde dice:

«Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron.»

Bien se ha dicho que el cielo es el lugar de perfecta y eterna bendición. Cuan distinto es lo que hemos señalado a lo que tenemos aquí en la tierra. Usted tiene toda la razón cuando afirma que en la tierra hay sufrimiento, no solo para los ancianos sino también para los niños, y los jóvenes y los adultos. Todo esto es la consecuencia de nuestro pecado. pero recordemos que las aflicciones en la tierra son pasajeras. pocos hombres han sufrido con la intensidad que sufrió el apóstol pablo, pero su reacción ante las tribulaciones lo resumió con estas palabras:

«porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas».

Así que el concepto de tiempo o edad no tendrá sentido, todos estaremos allí con nuestros cuerpos glorificados gozando de la perfecta comunión con nuestro padre y el Señor Jesucristo por la eternidad.

Terminando, leamos 1 Corintios 15:50 y 53 donde dice: «pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad». Qué gozo será estar con el Señor, donde no habrá más sufrimiento.