¿Qué son los libros apócrifos? ¿Por qué no aparecen en las Biblias protestantes?

Con mucho gusto procedo a responderla. La palabra apócrifo tiene sus raíces en la palabra griega “apócrufos” que literalmente significa oculto o secreto.

Cuando se habla de libros apócrifos se está haciendo referencia a un grupo de libros cuyos autores, fechas de escritura y propósito están rodeados por una espesa capa de duda e incertidumbre.

También se los conoce como libros deuterocanónicos, en una clara alusión a su calidad inferior con respecto a los libros canónicos, o del primer canon. Deuterocanónico significa de un segundo canon.

Los libros apócrifos o deuterocanónicos no se encuentran en el Antiguo Testamento Hebreo, pero aparecen en algunos manuscritos que son traducción del Antiguo Testamento Hebreo al idioma Griego.

Esta traducción del Antiguo Testamento en Griego se llama la Septuaginta, o versión de los Setenta, para hacer referencia a las setenta personas que según la tradición, participaron en la labor de traducción.

La septuaginta salió a la luz alrededor del año 250 AC en Alejandría, Egipto. La mayoría de los libros apócrifos fueron declarados como inspirados por Dios en el Concilio de Trento, entre los años 1545 a 1563, para contrarrestar la posición de la Reforma de Lutero, la cual negaba la inspiración de los libros apócrifos.

Los que piensan que los libros deuterocanónicos son inspirados por Dios fundamentan su creencia en el hecho que según ellos, los escritores del Nuevo Testamento tomaron citas de la versión de los Setenta o la Septuaginta, la cual contiene los libros apócrifos.

También argumentan que algunos padres de la iglesia, como Ireneo, Tertuliano y Clemente de Alejandría, utilizaron los libros apócrifos en la adoración pública y los aceptaron como si fueran inspirados por Dios. Señalan que inclusive San Agustín, quien presidió los concilios de Hipona y Cartago, apoyó la creencia de que los libros apócrifos son inspirados por Dios.

Afirman también, como argumento a favor de que los libros apócrifos son inspirados por Dios, el hecho que la iglesia griega admite la inspiración divina de los libros apócrifos.

Ahora último, los defensores de la inspiración divina de los libros apócrifos echan mano de los rollos del Mar Muerto, porque entre los fragmentos de los hallazgos en las cuevas de Qumrán hay copias de algunos de los libros apócrifos en Hebreo. Estos fragmentos han sido descubiertos junto a otros libros del Antiguo Testamento.

Pero toda la estantería de la defensa de la inspiración divina de los libros apócrifos se cae de bruces cuando se examina su contenido. Puede ser que Los escritores del Nuevo Testamento hayan usado la Septuaginta para citar algo del Antiguo Testamento, pero eso no prueba el hecho que los libros apócrifos, que supuestamente eran parte de la Septuaginta, también fueron inspirados por Dios.

Por otro lado, el hecho que algunos padres de la iglesia hayan apoyado la inspiración divina de los libros apócrifos, es un argumento muy débil a favor, porque algunos otros padres de la iglesia, en cambió, negaron de plano que los libros apócrifos sean inspirados por Dios, tal el caso de Orígenes y Jerónimo.

Durante los tres primeros siglos de existencia, la iglesia siria negaba la inspiración divina de los libros apócrifos y no fue sino hasta el siglo cuarto cuando comenzaron a admitir que podrían ser inspirados por Dios.

Interesante saber que la Peshita, la Biblia Siria del segundo siglo DC no contiene los libros apócrifos. En cuanto a Agustín, al principio reconocía los libros apócrifos como inspirados por Dios, pero después, sus escritos reflejan con claridad un rechazo de estos libros calificándolos como ajenos al canon y como inferiores a las escrituras Hebreas.

En cuanto a la presencia de fragmentos de libros apócrifos entre los rollos del Mar Muerto, eso no prueba mayor cosa por cuanto también se han hallado numerosos fragmentos de otros documentos extra bíblicos.

La comunidad judía rechazó la inspiración divina de los libros apócrifos y en el concilio judío de Jamnia, celebrado en el año 90 DC se acordó que los libros apócrifos no tienen derecho para formar parte del canon.

Es muy importante mencionar que la iglesia católico romana no decretó la canonicidad de los libros apócrifos sino hasta el Concilio de Trento y hasta cierto punto como una reacción a la Reforma protestante. Al canonizar los libros apócrifos, hacían válido su uso como autoridad en asuntos doctrinales.

¿Por qué es que en las Biblias protestantes no aparecen los libros apócrifos? La razón descansa en lo que ya se ha dicho.

En otras palabras, el peso de la evidencia lleva a concluir que los libros apócrifos no son inspirados por Dios y por tanto no deben formar parte del canon de la Biblia.

En los libros apócrifos existen varias afirmaciones que contradicen cosas que aparecen en los libros canónicos. Por ejemplo, considere lo que dice 2ª Macabeos 12:45 “Pero, como tenía en cuenta que a los que morían piadosamente los aguardaba una gran recompensa, su intención era santa y piadosa. Por esto hizo ofrecer ese sacrificio por los muertos, para que Dios les perdonara su pecado” Según este texto en este libro apócrifo, es válido hacer sacrificio por los muertos, para que Dios les perdone su pecado, pero note lo que dice Hebreos 9:27 donde leemos: “Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio”

Después de la muerte no existe más oportunidad de salvación. Lo único que espera es el juicio. Inútil es por tanto ofrecer sacrificio por los muertos. Lo que dice el texto en el libro apócrifo contradice lo que dice el texto en el libro canónico.

Otro ejemplo, en el libro apócrifo de Judit, encontramos a la heroína haciendo una oración a Dios y en su oración está pidiendo a Dios que le ayude a engañar a sus enemigos. Observe lo que dice en Judit 9:13 “dame palabras para poder engañarlos y causarles el desastre y la muerte, pues tienen planes perversos contra tu alianza, contra el templo consagrado a ti, contra el monte de Sión y contra la ciudad que es hogar y propiedad de tus hijos”

El fin que tenía en mente Judit, era bueno, pero un buen fin no se consigue a través de un mal medio. Mentir será siempre un mal medio, aunque el fin que persiga sea bueno. Mire lo que dice Colosenses 3:9 “No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos”

Una vez más encontramos que un texto en un libro apócrifo contradice algo que un libro canónico afirma.

Pero no se trata solamente de contradicciones. Es el contenido mismo de los libros apócrifos que no transmite esa sensación de estar ante la revelación divina.

Solo para citar un caso. Ponga mucha atención a la manera como termina el libro de 2 Macabeos. Leo en 2ª Macabeos 15:37-39 donde dice: “Así sucedieron las cosas relativas a Nicanor; desde entonces la ciudad ha estado en poder de los hebreos. Y yo termino aquí mi narración. Si está bien escrita y ordenada, esto fue lo que me propuse. Si es mediocre y sin valor, solo eso fue lo que pude hacer. Así como no es agradable beber vino ni agua solos, en tanto que beber vino mezclado con agua es sabroso y agradable al gusto, del mismo modo, en una obra literaria, la variedad del estilo agrada a los oídos de los lectores. Y con esto termino mi relato.”

¿Qué le parece? Si 2ª Macabeos fuera un libro inspirado por Dios, ¿Piensa Usted que Dios tendría dudas sobre si lo que ha escrito es mediocre y sin valor? ¿Piensa Usted que Dios se disculparía ante los lectores diciendo cosas como: Solo eso fue lo que pude hacer? Definitivamente no. Por eso es que los libros apócrifos no aparecen en las Biblias así llamadas protestantes.