¿Estamos los creyentes bajo la ley de los Diez Mandamientos? O esta ley era solo para Israel.

La gran interrogante sobre si los creyentes estamos o no bajo la ley, se responde con minucioso detalle en el libro de Gálatas en el Nuevo Testamento.

Por la falta de tiempo, no nos es posible hacer una explicación detallada del contenido de esta Epístola, pero permítame hacer un breve resumen de lo que allí se encuentra.

Los Diez Mandamientos constituyen la esencia del pacto que Dios hizo con su pueblo Israel, pacto que Dios no hizo con ningún otro pueblo gentil. Cuando Moisés hace la introducción a los Diez Mandamientos, note lo que dijo al pueblo de Israel en Deuteronomio 5:1-3 “Llamó Moisés a todo Israel y les dijo: Oye, Israel, los estatutos y decretos que yo pronuncio hoy en vuestros oídos; aprendedlos y guardadlos, para ponerlos por obra. Jehová nuestro Dios hizo pacto con nosotros en Horeb. No con nuestros padres hizo Jehová este pacto, sino con nosotros todos los que estamos aquí hoy vivos”

Luego de estas palabras, Moisés cita los Diez Mandamientos al pueblo de Israel. Pero note que se trató de un pacto. Las partes que intervinieron en el pacto fueron Dios por un lado y el pueblo de Israel en el desierto por otro lado. No intervino nadie más.

Por eso decimos que los Diez Mandamientos constituyen la esencia del pacto que Dios hizo con Israel, no con ningún otro pueblo gentil. Este pacto de Dios con Israel fue un pacto de obras. Este pacto de obras ha sido abrogado y en su lugar ha entrado en vigencia un nuevo pacto, que a diferencia del anterior es un pacto de pura gracia, no de obras.

La ley, cuya esencia se sintetiza en los Diez Mandamientos, fue solamente un ayo, para llevarnos a Cristo. Una vez que hemos llegado a estar en Cristo, ya no es necesario el ayo. Por eso la ley de Moisés, con los Diez Mandamientos incluidos, ha quedado abrogada. Gálatas 3:23-25 dice: “Pero antes que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser rebelada. De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe ya no estamos bajo ayo.”

Allí lo tiene, venida la fe en Cristo, ya no estamos bajo ayo, ya no estamos bajo la ley, ya no estamos bajo los Diez Mandamientos.

Eso no significa que el creyente puede vivir como quiera. Si Usted hace un análisis de la enseñanza de Cristo para el creyente, en el Nuevo Testamento, encontrará que se requiere el cumplimiento de nueve de los Diez Mandamientos. El único mandamiento que no aparece en el Nuevo Testamento, es el cuarto, el que tiene que ver con guardar el séptimo día como día de reposo.

Excepto por ese mandamiento, los otros nueve deben ser parte de la conducta de los creyentes, pero los creyentes no lo cumplen porque están bajo la ley de los Diez Mandamientos, sino por amor a Aquel que dio su vida por ellos y por el poder del Espíritu Santo que les ha sido dado.

El antiguo pacto tenía en los Diez Mandamientos la norma de justicia para esa dispensación, pero la norma de justicia del nuevo pacto aparece en el Nuevo Testamento teniendo a Jesucristo como el modelo para doctrina y práctica.