En Gálatas 1:10, Pablo dice que si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo. Pero el mismo apóstol en 1 Corintios 10:33 dice que en todas las cosas agrada a todos. ¿Cómo puede ser esto?

Permítame que se lo explique. Para ello leamos el pasaje bíblico que se encuentra en Gálatas 1:9-10 donde dice: «Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.»

Pablo había sido acusado de predicar una forma fácil de entrar al reino de los cielos. Su mensaje de salvación por fe, aparte de las obras, fue interpretado erróneamente por sus enemigos como una manera de abaratar la entrada al cielo.

En su defensa, Pablo señala que el evangelio que él predica es el auténtico y verdadero evangelio. Si alguno, aún un ángel, predica diferente evangelio del que él ha predicado, sea anatema o condenado a destrucción. Es aquí cuando Pablo hace reminiscencia de su vida vieja cuando antes de ser creyente perseguía a la iglesia de Cristo. Dice que la motivación para esto era el agradar a los hombres. Pablo estaba totalmente empeñado en agradar a sus «jefes» y por eso obedecía sus órdenes ciegamente.

Pero eso cambió radicalmente cuando se encontró personalmente con Cristo resucitado en el camino a Damasco. Pablo dice que a partir de ese momento ya no busca más el favor de los hombres sino el favor de Dios y consecuentemente ha dejado de hacer cosas con la motivación de agradar a los hombres.

La prueba de ello es que se ha constituido en un siervo, mejor dicho, un esclavo de Cristo. Esto no podría ser así si todavía estuviera tratando de agradara a los hombres.

Muy bien. Ahora consideremos el texto en 1 Corintios 10:31-33 donde dice: «Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia de Dios; como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sin el de muchos, para que sean salvos.»

De lo que está hablando Pablo aquí, es de ceder a sus derechos si eso es necesario para ganar a otros para Cristo. Recuerde que Pablo se hizo judío para ganar a los judíos y gentil para ganar a los gentiles. Es de esto de lo que habla este texto, mas no de que Pablo hacía cosas para agradar a los hombres, como lo hizo en el pasado, antes de ser creyente.