Jeremías 42:17 dice que todos los que vayan a morar en Egipto morirán a espada, de hambre y de pestilencia. Pero Jeremías 44:28 dice que unos pocos escaparán de la tierra de Egipto a la tierra de Judá. ¿No le parece una contradicción?

No me parece una contradicción porque la Biblia no tiene contradicciones en absoluto.

Permítame explicarlo de esta manera. Para ello leamos Jeremías 42:17 donde dice: «Todos los hombres que volvieren sus rostros para entrar en Egipto para morar allí, morirán a espada, de hambre y de pestilencia; no habrá de ellos quien quede vivo, ni quien escape delante del mal que traeré yo sobre ellos.»

Johanán y sus temerosos colegas, vinieron a Jeremías y le pidieron que consulte a Dios sobre lo que debían hacer ellos y el pueblo que había quedado en Judá, una vez que los Babilonios habían tomado Jerusalén.

Jeremías accedió al pedido y Johanán y los suyos se comprometieron a obedecer cualquier cosa que Dios revele por medio de Jeremías. Diez días más tarde vino la respuesta de Jehová. Jeremías 42:10 dice: «Si os quedareis quietos en esta tierra, os edificaré, y no os destruiré; os plantaré, y no os arrancaré; porque estoy arrepentido del mal que os he hecho.»

Esta era la voluntad de Dios para Johanán y su pueblo. Jehová fue mucho más específico advirtiendo a su pueblo en contra de buscar protección en Egipto. Note lo que dice Jeremías 42:15-16 «ahora por eso, oíd la palabra de Jehová, remanente de Judá: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Si vosotros volviereis vuestros rostros para entrar en Egipto, y entrareis para morar allá, sucederá que la espada que teméis os alcanzará allí en la tierra de Egipto, y el hambre de que tenéis temor, allá en Egipto os perseguirá; y allí moriréis.»

Cuando el pueblo oyó la palabra de Dios por medio de Jeremías, dijeron: Mentira dices; no te ha enviado Jehová nuestro Dios para decir: No vayáis a Egipto para morar allí.

Fue así como Johanán y todo el pueblo entraron en la tierra de Egipto, porque no obedecieron a la voz de Jehová.

Muchos creyentes hacen exactamente lo mismo. Al buscar la dirección de Dios para sus vidas, piden consejo a sus padres, a pastores, a maestros de escuela dominical, pero de antemano, ya han decidido hacer su propia voluntad.

Estando en Egipto, el pueblo de Judá se entregó totalmente a la idolatría. Esto era lo que Jehová quiso evitar cuando dijo que no huyeran a Egipto. Era inevitable por tanto el castigo de Jehová.

Note lo que dice Jeremías 44:27 «He aquí que yo velo sobre ellos para mal, y no para bien; y todos los hombres de Judá que están en tierra de Egipto serán consumidos a espada y de hambre, hasta que perezcan del todo.»

Esta es una confirmación de lo que Jeremías ya había profetizado antes que el pueblo de Judá vaya a Egipto. Pero en este caso se añade algo más, lo cual aparece en el texto citado por Usted. Ponga atención. Jeremías 44:28 dice: «Y los que escapen de espada volverán de la tierra de Egipto a la tierra de Judá, pocos hombres; sabrá, pues, todo el resto de Judá que ha entrado en Egipto a morar allí, la palabra de quien ha de permanecer: si la mía o la suya»

Dios por medio de Jeremías ha anunciado que un pequeño remanente, oirá su palabra, atenderá la advertencia y saldrá de Egipto. Este pequeño grupo, este remanente escapará de la espada y regresará a la tierra de Judá.

Allí, en Judá recibirán noticias que la gente de Judá que quedó en Egipto fue exterminada por Nabucodonosor rey de Babilonia. Este minúsculo grupo comprobará que Dios no estaba jugando cuando anunció que todos los que se queden en Egipto morirán a espada o de hambre o de pestilencia.

De modo que, Dios dijo que todos los que busquen protección en Egipto van a morir a espada o de hambre o de enfermedad. A eso se refiere el primer texto de su consulta.

El segundo texto de su consulta hace referencia a los que se arrepintieron de haber ido a Egipto y salieron de Egipto. Una vez que salieron ya no estaban bajo la condenación de la profecía de Dios por medio de Jeremías y fue por eso que preservaron la vida.

De esto podemos aprender una linda lección práctica para nuestras vidas. Egipto es un símbolo del mundo. A veces el mundo se presenta tan seguro, tan hermoso, tan dispuesto a darnos la seguridad que buscamos.

Pero recuerde que descender a Egipto es ponerse bajo la condenación de Dios. Buscar refugio en el mundo, o en el dinero, en las posesiones, en el poder, en la fama, en el placer, en la ciencia, en la política, en la cultura, en el arte, es equivalente a ponerse bajo la condenación de Dios. Lo que se necesita hacer es salir de Egipto para no ser condenados. Si Usted ha descendido a Egipto en búsqueda de seguridad, está a tiempo de regresar a Judá, la tierra de la promesa, donde encontrará perdón y vida abundante.