¿Qué hacer para que mi esposa tome también la decisión de recibir a Cristo como Salvador?
Aunque no existe algo como una fórmula precisa o algún secreto para que la esposa de un creyente reciba a Cristo como Salvador, me gustaría sugerir algunas pautas que pueden contribuir a que ello ocurra.
Primero, Ore al Señor por la conversión de su esposa. Recuerde que la salvación es un asunto personal entre Dios y el incrédulo. Los hombres podemos anunciar el evangelio, podemos advertir de los peligros a los que está expuesto el incrédulo, podemos desafiar al incrédulo para que reciba a Cristo como Salvador, etc., pero quien tiene la última palabra es el incrédulo y aún eso, en la voluntad soberana de Dios.
Por tanto, clame al Señor sin cesar por la salvación de su esposa, confiando en el Señor que en algún momento ella vendrá al pie de la cruz a recibir el perdón de sus pecados.
Segundo, testifique verbalmente. Romanos 10: 14 y 17 dice: «¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? Así que la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios”.
Su esposa que es incrédula necesita oír, y entender las buenas nuevas de salvación si algún día va a recibir a Cristo como Salvador. Ud. que es creyente, puede ser uno de los medios por los cuales su esposa oiga y entienda el mensaje de salvación.
Por tanto, hable del Señor a su esposa, siempre con amor y mucho tino, sin presionar ni manipular.
Un esposo creyente amenazaba con separarse de su esposa incrédula, si ella no recibía a Cristo como Salvador. Esto es manipulación, que no conduce a nada loable. Si su esposa está de acuerdo, invítela a reuniones donde se vaya a predicar el evangelio, o invite a personas que hablen de Cristo a su esposa, pero insistimos sobre el hecho que Ud. es el medio ideal para que su esposa oiga y entienda el evangelio.
Tercero, muestre con sus hechos que Ud. es una persona transformada por el poder de Cristo. Esto es lo que se llama el testimonio de sus obras. Muchas veces, lo que más impacta a un incrédulo es el estilo de vida de un creyente. Por medio de sus obras, Ud. está día a día comunicando a su esposa el evangelio.
Procure mostrar el amor a su esposa por medio de hacer cosas que a Ud. le signifiquen sacrificio y que ella sea la beneficiaria. En algún momento, su esposa se mostrará interesada en aquello que a Ud. le ha hecho cambiar tanto.
Cuarto, no piense jamás en separarse de su esposa por cuanto ella no es creyente. En su caso se aplica 1ª Corintios 7:12 «Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consciente en vivir con el, no la abandone»
Mientras su esposa incrédula esté de acuerdo en vivir con Ud. no hay motivo alguno para que Ud. la abandone, procure mantener a cualquier precio la integridad del matrimonio. El divorcio no agrada a Dios, no importa cual sea el motivo para el mismo.
Quinto y último, espere en el Señor, el momento cuando su esposa reciba a Cristo como Salvador. Es natural que Ud. se sienta algo impaciente porque hasta ahora no ve que su esposa reciba a Cristo como Salvador. Nuestro tiempo siempre está dispuesto, pero nuestro tiempo no necesariamente es el tiempo de Dios. Tenga paciencia, no se desanime. Siga intercediendo ante el Señor por su esposa. Siga hablándole del Señor. Siga mostrando que Ud. es una persona diferente porque Ud. tiene a Cristo como su Salvador y siga esperando en el Señor.