Bautismo, es el acto de bautizar. El verbo bautizar, en un sentido general significa, introducir o sumergir o poner una cosa dentro de otra. Como tal, aparece única y exclusivamente en el Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento no aparecen las palabras bautismo o bautista o bautizar.
Podemos decir entonces que el bautismo es propio de la era Neo Testamentaria. Muy bien. Dicho esto, el Nuevo Testamento utiliza la palabra bautismo o bautizar en varios sentidos.
Primero, el bautismo de Juan. Mateo 3:1-6 dice: «En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, y diciendo: Arrepentios, porque el reino de los cielos se ha acercado. Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas. Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y tenía un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y su comida era langostas y miel silvestre. Y salía a él Jerusalén, y toda Judea, y toda la provincia de alrededor del Jordán, y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados»
El bautismo de Juan, como dice este pasaje, era un bautismo de arrepentimiento, en preparación para el establecimiento del reino de los cielos. Esto significa que los que se bautizaban reconocían que habían estado viviendo apartados de los mandamientos de Dios y a partir de su bautismo, iban a dar un giro de 180 grados en su modo de vivir, para ajustarse a lo que Dios había mandado.
De esta manera estaban preparándose para el establecimiento del reino de los cielos. Este bautismo era realizado por Juan el bautista, aparentemente por inmersión en las aguas del río Jordán. Este bautismo se acabó a raíz que Jesús fue bautizado y comenzó a ejercer su ministerio que eventualmente le conduciría a la cruz.
Segundo, tenemos el bautismo por el Espíritu Santo. 1ª Corintios 12:13 dice: «Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu»
El bautismo por el Espíritu Santo es una obra de Cristo Jesús, por la cual él sumerge a todo creyente en su Cuerpo que es la Iglesia y esto por o mediante el Espíritu Santo. Que quien bautiza por el Espíritu Santo es Cristo Jesús y no el Espíritu Santo queda claro en pasajes como Marcos 1:8 que dice: «Yo a la verdad os he bautizado con agua; pero él os bautizará con Espíritu Santo»
Estas son las palabras de Juan el Bautista y está hablando de Jesús. Es Jesús quien bautiza con el Espíritu Santo. Por la obra de Jesús de bautizar a los creyentes con el Espíritu Santo, el momento que reciben a Cristo como Salvador, los creyentes somos introducidos a la Iglesia que es el Cuerpo de Cristo.
En tercer lugar tenemos el bautismo en fuego. Lucas 3: 16-17 dice: «respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Su aventador está en su mano, limpiará su era, y recogerá el trigo en su granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará»
Jesús no solo bautizará con el Espíritu Santo, sino también bautizará en fuego. Pero si miramos detenidamente encontraremos que el fuego es un símbolo del juicio de Dios. Por eso el texto leído dice que el aventador para agitar el fuego está en la mano de Jesús y él está presto para limpiar su era por medio de recoger el trigo y arrojar la paja al fuego que nunca se apagará. Esto nos habla de juicio sobre el pecador. En su primera venida Cristo no trajo juicio al pecador.
Mire para lo que vino Cristo, Lucas 19:10 dice: «Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido»
Es muy obvio que en su primera venida el Hijo del Hombre o Cristo, no vino para consumir con fuego a sus adversarios, sino que vino para buscar y salvar lo que se había perdido. Es natural entonces concluir que el bautismo en fuego del Señor Jesucristo ocurrirá en su segunda venida, cuando él no vendrá manso y humilde como en su primera venida sino con vara de hierro para regir a todas las naciones.
En cuarto lugar, encontramos el bautismo de la humillación de Cristo. Marcos 10:38 dice: «Entonces Jesús les dijo; No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado?»
Jesús está a días de ser crucificado. La sombra de la cruz se proyectaba su existencia. Sus hombres de confianza, en lugar de meditar sobre esto estaban discutiendo acerca de quien de ellos sería el mayor en el reino de los cielos. Jesús les enseña que la exaltación es resultado de la humillación y mientras mayor sea la humillación, mayor será la exaltación. Cuando Jesús habla del bautismo con el cual estaba siendo bautizados se está refiriendo a su inminente muerte en la cruz del Calvario, la mayor humillación que ha habido en la historia de la humanidad. Por eso Jesús, una vez resucitado, fue exaltado a lo más alto.
En quinto lugar, tenemos el bautismo en Cristo. Romanos 6:3 dice: «¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?»
El bautismo en Cristo, significa una total identidad del creyente con Cristo. Cristo murió, el creyente murió. Cristo fue sepultado, el creyente fue sepultado. Cristo resucitó, el creyente resucitó. Esto garantiza que el creyente ha muerto a su vieja manera de vivir y ha resucitado a una nueva manera de vivir. Todo por estar identificado totalmente con Cristo. Esto significa el bautismo en Cristo.
En sexto lugar, el bautismo en Moisés. 1ª Corintios 10:1-5 dice: «Porque no quiero, hermanos que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en al nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento espiritual, y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto»
El bautismo en Moisés se refiere a la experiencia del pueblo de Israel en el desierto una vez que salieron de Egipto. El pueblo se unió a Moisés como su líder, pero a pesar de ello, muchos murieron por su incredulidad en Dios.
En séptimo lugar, tenemos el bautismo por los muertos. 1ª Corintios 15:29 dice: «De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué pues se bautizan por los muertos?»
El bautismo por los muertos significa que allá en el primer siglo, cuando los creyentes eran asesinados como mártires, a pesar de ello, había muchos que estaban recibiendo a Cristo como Salvador y tomando el lugar que habían dejado vacante los creyentes que habían muerto por la fe en Cristo. La única explicación para esto era que había una esperanza de resurrección. Pablo usa este razonamiento para demostrar la existencia de la resurrección.
En octavo y último lugar, tenemos el bautismo en agua. Mateo 28:19 dice: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo»
Este es el paso de obediencia o el testimonio público o el símbolo de que una persona ha pasado de muerte a vida por haber recibido a Cristo como Salvador personal. Se efectúa por inmersión en agua aunque algunos piensan que puede ser realizado por aspersión de agua.