Dios es sabio y en su sabiduría no ha hecho de la Biblia una revista de modas para exponer la forma de la vestimenta para las mujeres y ciertamente también para los varones con el uso de pantalones en cualquiera de los casos por ejemplo. Esto es así porque Dios sabe que cada lugar de este mundo tiene su propia manera de vestir. La gente de Oriente Medio no se viste como la gente en América. La gente en las zonas tropicales de este mundo no se viste como la gente en los polos de este mundo.
Más aún, la forma de vestir en las diferentes épocas de la humanidad varía grandemente. La manera de vestir de hace quinientos años, no tiene nada que ver con la forma de vestir en la actualidad.
Debemos dar gracias a Dios que en la Biblia no se impone determinada manera de vestir. De lo contrario, a lo mejor, todos estaríamos vistiendo túnicas. Como aparentemente era la forma de vestir en las tierras donde vivió Jesús.
La Biblia no nos dice lo que debemos vestir. Nos da los principios para el vestido, los cuales se pueden aplicar en cualquier época de la humanidad y en cualquier parte del mundo. Uno de los principios que la Biblia enseña es que el hombre no vista ropa de mujer, y que la mujer no vista ropa de hombre.
Este principio condena una desviación sexual que se llama el travestismo. Deuteronomio 22:5 dice: “No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace». Pero no nos apresuremos a concluir que este principio condena el uso de pantalones por parte de la mujer.
Lo que está condenando es que una mujer vista pantalón de hombre, porque la mujer no está conforme con ser mujer, o que un hombre vista pantalón de mujer porque el hombre no está conforme con ser hombre.
Existen pantalones diseñados para mujeres, así como pantalones diseñados para hombres. Otro principio es que la vestimenta, es que debe ser decorosa, pudorosa y modesta. No importa de qué prenda de vestir se esté hablando, debe cumplir con estos requisitos. La ropa debe comunicar buen gusto de quien la usa, debe cubrir sus partes íntimas y no debe ser de valor exagerado.
La vestimenta no debe atraer la atención de la gente a la persona sino a Cristo Jesús. Hablando de la conducta general de un creyente, observe lo que dice Romanos 13:13-14 “Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y lascivias, no en contiendas y envidia, sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne«. Cuando la gente mira a un hombre o mujer que tiene temor de Dios, no debe admirar su presencia física o vestimenta, sino a Cristo Jesús. Cada creyente debe, por tanto, ajustarse a este importante principio en su forma de vestir.
En esencia, la Biblia no prohíbe que la mujer vista pantalones. Siempre y cuando sean pantalones para mujer y por supuesto, que al usarlos, no sean fuente de tentación en el área sexual para los varones.