“Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.” Lucas 2:19
Una de las manifestaciones más extraordinarias de Dios fue sin duda el pesebre de Belén. Cometemos el error cultural en occidente de acordarnos de esta escena en el mes de diciembre, pronto a las festividades de Navidad y el año nuevo. Sin querer, la tradición nos nubla el sentido del “significado divino” que intenta mostrar a Dios en los lugares menos imaginados por los seres humanos.
Allí, donde una madre primeriza, joven y llena de expectativa da a luz a su hijo anunciado de manera milagrosa y concebido en su vientre desde el cielo. También otros actores se sumaron a este momento: por ejemplo, los pastores que asombrados por lo que habían vivido contaban con entusiasmo a todos su experiencia sobrenatural para llegar hasta Belén. En medio de esto, María, observaba, escuchaba y guardaba en su corazón todas las cosas. Unos doce años después Jesús también impacta en otro escenario: el de la fiesta de la Pascua en Jerusalén.
Allí, entre los doctores de la ley y la cúspide más alta del judaísmo, este adolescente se destaca con su presencia y deja maravillados a todos con su inteligencia.
María, su madre, una vez más observaba, escuchaba y guardaba todas estas cosas en su corazón. ¡Cuánto tenemos para aprender de esta mujer! Toda su maternidad había trascurrido de una manera sobrenatural; pero nada la había corrido de vivir con “los pies sobre la tierra” (como solemos decir).
Ella tenía la capacidad de meditar silenciosamente esperando nuevas revelaciones de Dios a través de su Hijo. Quizá no llegaba a comprender o a visualizar el plano completo de la obra de Jesús en la Tierra; pero ella sabía que había mucho por descubrir y conocer.
Solemos vivir demasiado apurados. Corremos para alcanzar nuestros objetivos y cumplir con la agenda del día. Postergamos la posibilidad de meditar en nuestro corazón mientras tanto. Si pudiésemos tomarnos el tiempo para escuchar, observar y esperar nuevas manifestaciones de Dios en nuestra vida, seguramente las cosas que nos sucedan encontrarían nuevos significados.
Pensamiento del día:
Algunas veces para comprender un poco más solo se necesita un poco más de tiempo.