Los montes y las montañas tienen un atractivo particular. No solamente porque se imponen en el relieve como una interrupción de la naturaleza sino porque desde la tierra se elevan hacia el cielo.
Algunos más altos, otros más bajos; pero basta con escalar uno de ellos para sentirte alejado de lo terrenal y cercano a lo celestial. Tengo la seguridad que es por ese motivo que la Biblia describe momentos trascendentales ocurridos al pie de un monte o en la cima de ellos.
Abraham es llevado a un monte con su hijo Isaac para ver a Dios milagrosamente. Moisés es llamado desde un Monte y recibe en un Monte el decálogo de los mandamientos divinos. La transfiguración de Jesús ante sus discípulos ocurre en un Monte.
La Cruz fue subida a un monte y el Sermón más importante que Jesús diera en todo su ministerio también fue dado en El Monte.
Si el pesebre es símbolo de la relación entre lo humano y lo divino, los montes en la Biblia son la representación del encuentro entre ello. La venida de Jesús al mundo fue para traer Salvación a una humanidad atravesada por el pecado.
En este contexto ocurre el mejor Sermón declarado por Jesús hacia la humanidad. En un Monte, allí dio sus bienaventuranzas. Sus preceptos para “Ser feliz” El ser humano fue creado para ser feliz, para disfrutar y para celebrar la comunión con Dios.
Pero solamente encuentra el sentido y la verdadera felicidad en esa conexión desde su humanidad hacia lo divino. Jesús podría haber elegido cualquier otro escenario para declarar esta verdad; pero no podía hacerlo sin resaltar lo simbólico del Monte como lugar de encuentro entre estas dos naturalezas. Podría haber elegido otro lugar para el nacimiento; pero solamente la humildad del pesebre, unía ambos universos.
Volviendo al este sermón, leemos que repite una misma palabra nueve veces e inicia cada verso con la misma: bienaventurados, que significa dichosos o felices.
Todo lo que sigue es el modelo de Su reino ¿Dónde buscas tu felicidad? ¿Acabas este año siendo dichoso? Su venida es para que, por tu encuentro con Él, seas feliz
Pensamiento del día:
Dijo C. Lewis: “No dejes que tu felicidad dependa de aquello que puedas llegar a perder.