Esta es la consulta para hoy: Malaquías 1:4 habla de un pueblo contra el
cual Jehová está indignado para siempre. ¿No contradice esto algunos
pasajes de la Biblia como Números 14:18 donde se dice que Jehová es
tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la
rebelión?

Vamos a leer las citas mencionadas en la consulta. La primera se encuentra en Malaquías 1:4. Dice así: “Cuando Edom dijere: Nos hemos empobrecido, pero volveremos a edificar lo arruinado; así ha dicho Jehová de los ejércitos: Ellos edificarán, y yo destruiré; y les llamaré territorio de impiedad, y pueblo contra el cual Jehová está indignado para siempre.”

Este pasaje bíblico está hablando de Esaú, el hermano de Jacob. Los descendientes de
Esaú son los Edomitas o simplemente Edom. Esaú y sus descendientes fueron pueblo perverso. Todo esfuerzo por reconstruir el territorio estaba condenado a fracasar, porque Jehová lo iba a destruir. Más aún Jehová pone una especie de marca sobre los Edomitas. Dice que son territorio de impiedad y pueblo contra el cual Jehová está indignado para siempre. Muy bien. Ahora vamos a leer Números 14:18. Dice así: “Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta los cuartos. Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.” Esto es parte de la oración que Moisés elevó a Jehová a raíz del terrible pecado de Israel cuando en su incredulidad despreció la tierra que fluye leche y miel y presa del pánico por los gigantes que habitaban aquella tierra, se quejó contra Dios y quiso regresar a Egipto.

Moisés clama a Dios por perdón para su pueblo, según la grandeza de la misericordia de Dios. Dios respondió la oración de Moisés. Por la grandeza de la misericordia de Dios, Dios
prometió que entrarían a la tierra prometida solamente los que en este instante tenían 20 años o menos.

El pueblo en su totalidad fue condenado a vagar por casi 40 años en el desierto. Era la disciplina de Dios por el pecado de incredulidad. Durante este tiempo murieron en el desierto todos los que tenían más de 20 el momento que permitieron que su incredulidad les haga quejarse contra Dios. Su pecado de incredulidad impidió que reciban la promesa de Dios. Todo el pueblo de Israel, exceptuando a unos pocos, merecía ser destruido por Dios a causa de su incredulidad, pero Dios no lo hizo. Tuvo misericordia de una gran parte del pueblo, pero ejecutó su juicio sobre otra gran parte del pueblo. Así es Dios y así es el pecado de terrible. Pongamos ahora todo junto. Edom fue rebelde contra Dios hasta el final. Jamás reconoció su pecado, jamás confesó su pecado, jamás abandonó su pecado. Dios por tanto derramó su juicio sobre ellos.

Dios dijo que serán territorio de impiedad y pueblo contra el cual Jehová está indignado para siempre. Pero Israel, tuvo una actitud diferente. Por medio de Moisés reconoció el pecado, confesó el pecado y se apartó del pecado. Por eso Dios les trató con misericordia, aunque tuvieron que sufrir las consecuencias del pecado, porque Dios de ningún modo tendrá por
inocente al culpable