Gracias por su pregunta.
Apocalipsis 3:5 dice: “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.” A los verdaderos creyentes, que eran una minoría en la iglesia de Sardis, el Señor les promete tres cosas maravillosas. Primero, ser vestidos de vestiduras blancas.
Esto significa ser parte de una compañía selecta. Las vestiduras blancas están reservadas para un grupo selecto de personas. Entre ellos está Jesucristo. Mientras Jesús estaba físicamente en este mundo, en una ocasión dejó mirar la gloria de su persona a tres de sus discípulos. Note lo que ellos vieron.
Mateo 17:2 dice: “y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.” También los ángeles usan las vestiduras blancas. Hablando de un ángel del Señor, Mateo 28:3 dice. “Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. .Además de Jesucristo y los ángeles, la iglesia glorificada también usa vestiduras blancas. Apocalipsis 19:14 dice: “Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.” Los pocos verdaderos creyentes de la iglesia de Sardis estarán formando parte de este selecto grupo de seres cuyas vestiduras blancas denotan santidad, pureza, perfección.
La segunda promesa a los verdaderos creyentes en la iglesia de Sardis, es que Jesucristo no borrará sus nombres del libro de la vida. El libro de la vida es el registro de Dios en el cual constan los nombres de todos los salvos.
Es el listado de todos los que tenemos vida eterna. La promesa de Jesucristo es que él jamás borrará ni un solo nombre de este listado. Esto significa que es imposible que un genuino creyente pierda su salvación.
Si un genuino creyente llegara a perder su salvación, significaría que Jesucristo habría faltado a su promesa de que él jamás borrará del libro de la vida el nombre de alguien que es genuinamente salvo. Pero Jesucristo no puede faltar a sus promesas. Si lo hiciese dejaría de ser Dios. Un verdadero creyente es eternamente salvo. Nada ni nadie puede quitarle esa salvación. Juan 5:24 dice: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida” Volviendo a Apocalipsis 3.
La tercera promesa a los genuinos creyentes es que Jesucristo confesará sus nombres ante su Padre y ante sus ángeles. Jesús mismo dijo, según Mateo 10:32. “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos” Esto es lo que dice este texto bíblico.
En resumen, entonces, cuando en Apocalipsis 3:5 se habla de no borrar nombres del libro de la vida. No está insinuando que existe esta posibilidad sino asegurando que esta posibilidad no existe y esto es una garantía absoluta de que los verdaderos creyentes no pueden perder su salvación. Si ha recibido a Cristo como su personal Salvador es eternamente salvo, nada ni nadie puede privarle de ese regalo de Dios que recibimos por gracia por medio de la fe.