Gracias por su pregunta. En el Antiguo Testamento, Dios prohibió comer sangre a su pueblo Israel. Levítico 17:14 dice: Porque la vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es su sangre; cualquiera que la comiere será cortado.
La sangre representa simbólicamente la vida. La sangre de los animales no era para comer sino para hacer expiación sobre el altar por las almas de los que ofrecían el sacrificio.
Expiar significa cubrir algo o tapar algo. Cuando alguien del pueblo de Israel ofrecía en sacrificio un animal. La sangre de este animal estaba cubriendo o tapando, al menos temporalmente, el pecado de este hombre. Esto fue un cuadro del sacrificio perfecto de Cristo Jesús en la cruz del calvario. Cuando se ofreció a sí mismo, no sólo para cubrir o tapar el pecado, sino para quitar o borrar el pecado. Esta prohibición de comer sangre estuvo en vigencia hasta que Jesucristo murió. Él fue sepultado, resucitó, ascendió a la gloria de su Padre y nació la iglesia de Cristo en el día de Pentecostés.
A partir de ese momento hubo un cambio radical en la relación del hombre con Dios. Para entonces ya no hacía falta sacrificar animales para que la sangre derramada de los animales cubra o tape temporalmente el pecado del hombre.
Jesucristo derramó su sangre, como el Cordero de Dios, en la cruz y esta sangre hace innecesario cualquier sacrificio de animales. Esto tuvo implicaciones en todo sentido y ciertamente en la prohibición de comer sangre. Tanto es así, que en una de las epístolas pastorales, el apóstol Pablo dijo que todo lo que Dios creó es bueno. Dijo que nada es de desecharse.
1 Timoteo 4:1-5 dice: Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe. Escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado.
Los falsos maestros, o los apóstatas, guiados por demonios, o espíritus engañadores, tratan de imponer su voluntad sobre sus seguidores. Entre esto, por ejemplo, prohíben casarse, o exigen que los que sirven al Señor sean célibes.
Además, note, mandan abstenerse de alimentos que Dios creó. Esto para que con acción de gracias participen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. Dentro estos alimentos que Dios creó, está la sangre, y está cualquier otra cosa que sirva de alimento para el hombre. Todo esto ha sido creado por Dios. Es bueno y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias. De modo que, hoy en día no existe ninguna razón bíblica para afirmar que no se debe comer alimentos preparados con sangre. O comer cualquier otro alimento que fue prohibido por la ley de Moisés. Pero por otro lado, es un principio bíblico muy reconocido. Principio que los creyentes no deben hacer nada que ofenda o haga tropezar a un hermano débil.