La Biblia y el Nuevo Testamento en particular usan varias palabras para describir el pecado. Por ejemplo, el pecado es fallar el blanco.
Esto se ve en Romanos 5:12 que dice: «Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.»
Pecado en este texto significa errar el blanco. El blanco es la perfecta y pura santidad de Dios. Todo lo que no sea perfectamente santo y puro es pecado. Pecado también es trasgresión. Este concepto tenemos en Gálatas 3:19 que dice: «Entonces, ¿Para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador»
Pecado en este texto es trasgresión, lo cual significa primariamente ir a un lado, luego del acto de sobrepasar, se emplea para hablar del quebrantamiento voluntario de una ley. El pecado también es una ofensa. Este concepto aparece en Mateo 6:14-15 que dice: «Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padres celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.»
Pecado es ofensa, un paso en falso, un yerro, una caída al lado, empleado éticamente denota una infracción, una desviación de la rectitud y verdad. Existen también otras palabras que tienen que ver con pecado pero las que hemos mencionado nos comunican una idea bastante clara de lo que es el pecado.
En esencia es errar la perfecta y pura santidad de Dios, es hacer lo contrario a la voluntad de Dios expresada en su palabra, es una infracción de la ley, una desviación de la rectitud y verdad. Incidentalmente la definición de pecado, nos hace a todos pecadores, porque ningún ser humano puede por ejemplo jactarse de haber dado en el blanco de la perfecta y pura santidad de Dios.