La pornografía , es uno de los tantos usos impropios del sexo. Como Ud. sabe, el sexo fue creado por Dios y es por tanto algo puro. En su soberanía, Dios limitó el uso del sexo a la relación de un hombre con una mujer quienes previamente se han unido en matrimonio.
Todo uso del sexo fuera del marco legítimo que Dios ha establecido para su uso, es contrario a la voluntad de Dios. La pornografía cae dentro de este uso inapropiado del sexo. Por otro lado, la tentación al mal uso del sexo es extremadamente poderosa. Por eso, la Biblia recomienda huir de las tentaciones de índoles sexual.
2ª Timoteo 2:22 dice: «Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.»
Ante una tentación de índole sexual, la responsabilidad de todo creyente es huir. Huir significa alejarse lo más lejos posible y lo más pronto posible. Esto es lo que Ud. necesita hacer para no caer en la tentación a la pornografía.
Parte del huir para Ud. implicará destruir todas las revistas pornográficas que tenga escondidas en algún lado. Implicará alejarse de los amigos que le incitan a la pornografía. Implicaría que deje de frecuentar lugares en los cuales Ud. sabe que sus ojos van a ser expuestos a la pornografía. Implicaría cambiar de canal o apagar el televisor cuando aparece una escena escabrosa. Implicaría abstenerse de ir al cine. Implicaría dejar de oír chistes obscenos que son comunes en la rueda de amigos.
La idea no es que Ud. se vuelva legalista o mojigato, la idea es que Ud. está huyendo de las pasiones juveniles como una medida necesaria para evitar caer en la pornografía. Pero por otro lado, además de huir en el sentido de alejarse de la tentación sexual es necesario huir hacia el refugio que ofrece la palabra de Dios, la Biblia.
Ponga atención a lo que dice Salmo 119: 9-11 «¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.»
El salmista hace una gran pregunta: ¿Con qué limpiará el joven su camino? Es de cierto modo la misma pregunta que Ud. se ha hecho. ¿Cómo puedo vencer la tentación a la pornografía? La respuesta es con guardar la palabra de Dios. Guardar la palabra de Dios significa conocer la palabra de Dios, entender la palabra de Dios, meditar en la palabra de Dios, memorizar la palabra de Dios y practicar la palabra de Dios.
Por eso dice el texto: En mi corazón, o en mi proceso de pensamiento, he atesorado la palabra de Dios y eso me ha permitido no pecar contra Dios. Si Ud. , no quiere ceder a la tentación de la pornografía, necesita huir de todo lo que tenga que ver con ello y llenar su mente con la palabra de Dios. Esto le permitirá pensar como Dios piensa, amar lo que Dios ama, odiar lo que Dios odia y vivir como Cristo vivió cuando estuvo en la tierra.