Alguien ha dicho muy bien, que quien está más interesado en que conozcamos su voluntad es Dios mas no nosotros. Siendo así, es de esperarse que Dios nos haya dejado algún patrón o modelo para saber cuál es su voluntad. Es en este sentido, que me gustaría sugerir a Ud. los siguientes pasos.
Primero, establezca una comunión íntima con el Señor. Salmo 25:14 dice: «La comunión íntima de Jehová es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto.»
Dios está interesado en hacer conocer su pacto o su voluntad a los hombres, pero este privilegio no lo pueden disfrutar todos los hombres, ni siquiera todos los hombres creyentes, este privilegio está restringido a los hombres que tienen íntima comunión con Dios.
Si Ud. verdaderamente desea conocer la voluntad de Dios, Ud. debe estar en íntima comunión con Dios. La comunión íntima con Dios se obtiene al invertir tiempo en leer, estudiar, meditar, memorizar y obedecer su palabra y en orar. Cuando Ud. se introduce en la palabra de Dios, Dios le habla por medio de ella y cuando Ud. ora, Ud. habla a Dios. Así es como se va fomentando la íntima comunión con Dios. Dios jamás revelará su voluntad a creyentes negligentes en invertir tiempo en la palabra de Dios y en la oración.
Segundo, busque el consejo de personas que estén en autoridad sobre Ud. Proverbios 11:14 dice: «Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; mas en la multitud de consejeros hay seguridad»
Dios dice en su palabra que en la multitud de consejeros hay seguridad. Después de haber logrado esa comunión íntima con Dios, es necesario que Ud. se asesore con personas que han sido puestas por Dios sobre Ud. como autoridad. Si Ud. es un hijo que todavía vive bajo el mismo techo de sus padres, busque el consejo de sus padres. Por regla general, no haga nada que sus padres no estén de acuerdo. También busque el consejo de los pastores o ancianos de su congregación. No tenga temor de compartir con estas personas lo que Ud. está pensando hacer y pida el consejo de ellos. Dios manifiesta también su voluntad a través de una palabra sabia de estos hombres de Dios.
Tercero, tome en cuenta la paz que se siente cuando uno sabe que está por hacer la voluntad de Dios. Filipenses 4:7 dice: «Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.»
La paz de Dios es como un guardián que nos mantiene en las cosas que Cristo Jesús quiere que hagamos. Todo este proceso funcionaría así, mediante un ejemplo hipotético.
Digamos que Ud. quiere casarse pero no sabe con quien. Pues, el primer paso es establecer una íntima comunión con Dios. Lea, estudie, medite, memorice y practique la palabra de Dios. Ore fielmente a Dios sobre su deseo de casarse. Pida a Dios que le traiga una chicha creyente dispuesta a casarse con Ud. Una chica que a Ud. le guste y que Ud. también le guste a ella. Cuando parezca que el Señor está respondiendo a su oración, porque ya apareció una chica que podría ser una buena candidata, hable con sus padres sobre el asunto, luego hable con los pastores o ancianos de la iglesia sobre lo mismo.
Pida la opinión de ellos. Si todos están de acuerdo, pregúntese a Ud. mismo: ¿Cómo me vería yo casado con esa joven? ¿Se siente a gusto? ¿Tiene paz en su corazón? Si es así, ya ha conocido la voluntad de Dios acerca de con quien casarse. Pero si no tiene paz, si se siente intranquilo, si está preocupado o dudoso, lo menos que puede hacer es esperar hasta que sienta paz sobre el tema. No haga cosas sobre las cuales está dudoso porque eso es pecado. Esto se puede aplicar a todos los asuntos importantes o no importantes que debemos decidir.
Yo sé que lo dicho no es sencillo aplicar y por eso los creyentes intentan buscar un atajo, algo más simple. Qué bueno sería si el Señor me diera un sueño o una visión o dejara caer del cielo un papel diciéndome lo que debo hacer. Pero Dios no funciona así. Dios hace conocer su voluntad por medio de la palabra de Dios, por medio de personas de Dios y por medio de la paz de Dios.