Por qué en algunas denominaciones se prohíbe a las mujeres creyentes el uso de cadenas, aretes y maquillaje?
Al contestar esta pregunta me limitaré simple y llanamente a lo que la Biblia dice. Al hacerlo, quiero dejar en claro que no es mi ánimo atacar, o peor juzgar a las denominaciones que practican esto último. Debo señalar a manera de introducción a mi respuesta que dentro de cada hijo de Dios existe una tendencia a querer mostrar a otros su santidad por medio de determinado tipo de conducta externa.
Permítame ilustrar con un ejemplo lo que estoy diciendo. Conozco creyentes que afirman: Yo soy santo porque no veo televisión, o no voy al cine, o no hago esto o lo otro. Detrás de esta afirmación está el concepto que para ser santos es necesario hacer o dejar de hacer ciertas cosas. Pero la Biblia refuta este concepto. La Biblia dice que los creyentes somos santos por haber recibido a Cristo como nuestro Salvador; por cuanto su muerte y resurrección fue lo que logró hacernos santos.
Colosenses 1:21-22 dice: «Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él».
En este pasaje bíblico queda claro que nuestra santidad no es el resultado de lo que hagamos o dejemos de hacer, sino de lo que Cristo ya hizo por nosotros en la cruz en el pasado. No es correcto entonces pensar que porque yo hago tal o cual cosa, o porque yo no hago esto o aquello, soy santo. ¿Significará esto entonces que yo puedo vivir como un pagano porque mi santidad no depende de lo que yo haga sea bueno o sea malo? Rotundamente no. Veamos lo que dice 1 de pedro 1:15-16.
«Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo».
Los que somos santos por la obra de Cristo en la cruz, debemos vivir vidas santas. La vida en santidad es el resultado del carácter santo que nos dio Dios a los que verdaderamente estamos en Cristo. Porque soy santo, debo vivir en santidad, no al revés. No soy santo porque hago o dejo de hacer ciertas cosas. Mi santidad es por lo que Cristo hizo por mí en la cruz del Calvario. Con este antecedente entonces, no podemos decir que una hermana es santa porque no usa cadenas, o aretes o maquillaje.
De la misma manera, tampoco podemos decir que una hermana no es sana porque usa cadenas, anillos o maquillaje. Es posible que por sus propias convicciones cierto creyente haya llegado a la conclusión que no debe usar cadenas, aretes o maquillaje, pero este creyente no debe obligar a otros que también hagan lo mismo so pena de que si no lo hacen, sean tildados de carnales o inmaduros.
En la época en que el apóstol pablo escribió el libro de Romanos, el problema no era tanto el usar o no cadenas, aretes, o maquillaje. El problema era comer o no cierto tipo de carne. Veamos la conclusión a la que llegó el apóstol en Romanos 14:2-4 donde dice:
«Porque uno cree que se ha de comer de todo; otro, que es débil, come legumbres. El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido. ¿Tú quien eres, que juzgas al criado ajeno? para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.»
Aplicando este pasaje bíblico al asunto nuestro en particular diríamos que si una hermana ha decidido que puede usar cadenas, aretes o maquillaje, no debe despreciar al creyente que ha decidido que no debe usar cadenas, aretes o maquillaje. Igualmente, si una hermana ha decidido que no debe usar cadenas, aretes o maquillaje, no juzgue al creyente que usa cadenas, aretes o maquillaje. El apóstol pablo nos deja una advertencia sobre este asunto en Romanos 14:13 donde dice:
«Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sin mas bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.»
Volviendo al tema de ¿por qué algunas denominaciones prohíben el uso de cadenas, aretes, maquillaje, por parte de las mujeres creyentes? Diríamos que probablemente se debe a un mal entendimiento de la manera como un creyente llega a ser santo y también probablemente porque quizá los líderes de esas denominaciones han adoptado esta conducta como una norma personal para ellos y erróneamente están obligando a otros creyentes a amoldarse a esas convicciones, so pena de catalogarles como inmaduros o carnales.