Nehemías 1:8-9 Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; pero si os volviereis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.
Dejemos por sentado que Dios no tiene un problema de memoria, no necesita que le recordemos lo que ha dicho o prometido, pero el hecho de que nosotros recordemos sus promesas habla de nuestra fe y confianza en lo que Dios ha dicho tiempo atrás.
Aunque este versículo habla del pacto de Dios con Moisés y sobre el pueblo de Israel podemos tomar en cierto modo para nosotros, la verdad de que Dios está dispuesto a perdonar y restituir a todo aquel que habiendo pecado se humilla y reconoce su maldad; vemos esto reflejado en la historia del hijo pródigo y también lo dice el apóstol Juan: “si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos…” El carácter de Dios se muestra aquí: Él es Justo y castiga el pecado, pero también muestra amor dándonos perdón. Habla con Dios este día, acércate a Él, puede ser mientras tomas un café.
¿Conoces a Dios?
¿Acudes a Él con fe?
¿Confías en sus promesas?