Una iglesia local es el conjunto de personas que se reúnen en el nombre de Cristo en determinado lugar del mundo. Como regla general, la iglesia local debe recibir a todos los que Cristo ha recibido. Romanos 15:7 dice: Por tanto, recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para gloria de Dios.
La base del compañerismo verdadero es que el creyente ha sido ya recibido como miembro del cuerpo de Cristo. La iglesia local no hace sino dar expresión visible a este hecho, por medio de recibir a todo creyente en su seno. El bautismo en agua es un paso de obediencia que todo genuino creyente debe cumplir por cuanto ha sido ordenado por el Señor Jesucristo. Mateo 28:19-20 dice: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;
Mat 28:20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
El bautismo en agua es una ordenanza para la iglesia local. Es un acto público de obediencia a la voluntad de Dios, representando la muerte del creyente con Cristo. El bautismo en agua no tiene mérito alguno para la salvación, sino que es algo que deben cumplir los que ya son salvos. En ninguna parte del Nuevo Testamento aparece el concepto que, si un creyente es bautizado en agua en alguna iglesia local, está obligado a congregarse en esa iglesia local para siempre porque ha llegado a ser parte del cuerpo de Cristo que es esa iglesia local. Es verdad que el bautismo en agua debe ser administrado en el seno de una iglesia local, pero eso no significa que es por el bautismo en agua que un creyente llega a ser parte del cuerpo de Cristo.
El creyente llega a ser parte del cuerpo de Cristo el instante mismo que recibe a Cristo como su Salvador. Además, no se debe confundir a la iglesia local con el cuerpo de Cristo. La iglesia local es solamente una compañía de creyentes que se reúnen en el nombre de Cristo en determinado lugar, mientras que el cuerpo de Cristo está formado por todos los creyentes en todo el mundo, incluyendo a los creyentes que han muerto y a los que están vivos. Cuando un creyente es bautizado en una iglesia local debe involucrarse en la vida de esa iglesia local mientras las circunstancias lo permitan. Pero qué tal si ese creyente cambia su lugar de residencia a otra ciudad o a otro país, ¿tendrá que llevar consigo la iglesia local? Por supuesto que no. Por eso existen mecanismos ampliamente aceptados que permiten a un creyente que ha sido bautizado en determinada iglesia local pueda congregarse en una iglesia local en otro lugar.
Esto de ninguna manera es para alentar a que los creyentes se transformen en visitantes permanentes de iglesias locales. Todo creyente debe mantenerse estable en una iglesia local mientras las circunstancias lo permitan, pero si no se dan las circunstancias, no hay ningún problema para buscar otra iglesia local bíblica en la cual establecerse.