Mucha gente va a acudir a ti con preguntas, muchos no saben qué hacer con sus vidas y ni siquiera para dónde ir.
Las más recurrentes son: qué carrera estudiar, si servir a Dios en la obra a tiempo completo, con quién se van a casar o cómo salir de este estancamiento espiritual.
Aunque no sepamos qué hacer con nuestras vidas, debemos dar una respuesta.
El desafío es dar una adecuada que los anime a alcanzar el propósito y las metas de Dios.
Para encontrar el propósito y la dirección correcta no debemos olvidar quién es Dios y quiénes somos nosotros: Él es Soberano, “el Dios de los cielos y nosotros sus siervos.”
Al entender que Él es el que controla y guía cada cosa en mi vida, yo podré sujetarme a su plan y edificar lo que Él desea.
La gente que te critica, no tiene parte en este asunto, son puros habladores, tú debes enfocarte en las metas y el propósito que debes alcanzar.
Reúnete con el Señor y coordina con Él el próximo paso a dar en tu vida.
¿Animas a otros dando una dirección para sus vidas?
¿Confías en el plan soberano de Dios?
No hagas caso a los habladores, confía en Dios.