La otra parte de pedir perdón y perdonar es la responsabilidad ante Dios de otorgar perdón.
La Biblia dice: Romanos 12:18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.
Así que una vez que alguien me pide perdón debo según mis posibilidades otorgárselo.
Es interesante que Dios no quitó la aflicción de Job hasta que él oró por sus amigos; la falta de perdón es un pecado contra Dios también.
Interceder por los demás siempre trae bendición a nuestras vidas, y no me refiero al tipo material o económico, sino que nos libera de las cargas del resentimiento, queja o enojo; nos lleva a estar bien con Dios y también con aquellas personas que nos hicieron daño.
Orar por otros depende de ti, es una actitud de tu corazón de colocarte entre la necesidad de los demás y la mano poderosa de Dios en favor de ellos.
Tú puedes ser ese canal de bendición y también serás bendecido. Tómate un café con Dios y ora por aquellos que te han lastimado.
¿Te cuesta orar por los demás?
¿Sabes cómo identificar si tienes rencor por alguien?
Al pensar en eso quizás te vino un rostro a la mente, posiblemente tengas que perdonarlo. Libérate del peso del rencor e intercede por aquellos que te lastimaron.