Job 34:31-32 De seguro conviene que se diga a Dios:
He llevado ya castigo, no ofenderé ya más;
Enséñame tú lo que yo no veo;
Si hice mal, no lo haré más.
En el ejercicio militar, en la marcha hay una acción que se llama CONVERSIÓN y es cuando al oír esta palabra todo soldado debe girar y cambiar de rumbo. En la vida de todo hombre debe haber una conversión ante Dios, dejar de caminar hacia el pecado y el mundo y cambiar hacia un nuevo rumbo que es según Dios. Por eso a veces usamos la palabra «inconverso» al referirnos a alguien que no ha aceptado a Cristo como Salvador, aún no se ha convertido de sus caminos.
Para que haya esta conversión es necesario que seamos conscientes de que el camino que tenemos es malo, nos arrepintamos y cambiemos de rumbo, por eso dice: «enséñame tú lo que yo no veo», oír a Dios es esencial para una genuina conversión pues así podremos ver lo que hacemos mal y cambiaremos de rumbo. Pídele a Dios que te muestre cómo estás caminando y prepárate para la conversión de tu vida.
¿Ya te has convertido a Cristo?
¿Necesitas cambiar de rumbo en tu vida?
Pídele a Dios que te muestre tus errores.