Job 32:2 Entonces Eliú hijo de Baraquel buzita, de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job; se encendió en ira, por cuanto se justificaba a sí mismo más que a Dios.
Quizás tengas en mente que la ira es pecado y es verdad, pero la Biblia muestra que hay cierto tipo de ira que es justa, la que es producida por ver el pecado o en este caso el tratar de justificarse a sí mismo y no darle el propósito a Dios.
La ira es pecado cuando es producido por nuestro egoísmo y tiene la intención de venganza hacia nuestro ofensor. Cuando la Pablo dice: “Airaos pero no pequéis, no se ponga el Sol sobre vuestro enojo” se refiere a que al ver el pecado de otro no quedarse callado sin reprenderle y guardar ese enojo, si hacemos esto damos lugar al diablo; también puedes ver esto en Levítico 19:17-18 “No aborrecerás a tu hermano en tu corazón; razonarás con tu prójimo, para que no participes de su pecado. No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.”
Quiero enfocare en dos cosas: Primero en la indignación que sintió Eliú al ver a Job justificarse y no daba gloria a Dios, si un hijo de Dios ve el pecado en otros y le parece normal y no le molesta, no le produce ira, entonces debe replantearse sus principios y convicciones. Y segundo, este pasaje hace referencia a su familia y su padre, creo que los principios y convicciones son cultivados en la casa, un padre influye la vida de sus hijos y ellos viven según esos principios. Conversa con Dios sobre tus principios y convicciones, tómate un café con Dios hoy.
¿Te molesta el pecado que otros comenten?
¿Sientes que no debe importarte lo que hacen los demás?
Honra a Dios con tu conducta y convicciones.