Esta declaración emocionante hecha por el apóstol Pablo desde su prisión en Roma  en el capítulo cuatro de la carta a la iglesia en Filipos está llena de expectativa. Todos anhelamos el día en que seamos arrebatados de este mundo corrompido y agitado a las glorias eternas y el disfrute junto al Señor.

Pero a la vez conlleva una nota de advertencia: ¿Cómo nos encontrará en Su venida?… Porque si el Señor hubiese venido en el momento que Pablo escribía esta carta, a Evodia y a Síntique las hubiese encontrado peleadas entre ellas, aun  siendo soldados del mismo ejército. (4:2-4) ¡Qué ridículo! Es en este contexto que el escritor dice: “El Señor está cerca. Que no te encuentre enojado, amargado, distanciado con tus hermanos, familiares y amigos.” Y ahí viene la contrapropuesta “Alégrense en el Señor siempre”.

La palabra es regocijarse, y  tiene sabor argentino. Más que gozo ¡Es un “Re-gozo”! ¿Pero cómo? No puedes ordenarle a tus emociones. Yo no puedo alegrarme o entristecerme simplemente porque alguien me lo imponga, es una cuestión de ciertas condiciones externas que producen en mí diferentes estados de ánimo.

Ahí radica el secreto. Pablo aconseja no regular mi estado de ánimo por lo que suceda o no afuera sino por lo que poseo adentro. Por eso este nivel de gozo sólo se obtiene “en el Señor” (4:4) Algunos consejos te pueden ser útiles. Toma nota y recuérdalos siempre:

Sé amable con todos. V.52.

Echa sobre Dios en oración las cosas que te quitan el sueño, v.6. Así obtendrás la paz de Dios. Sin ella es imposible pretender estar en paz con los hombres. V.7.3.

Concéntrate en lo  positivo de la otra persona, no sólo en sus defectos. Algo bueno debe tener, v.8-9.4.

Ayuda a los necesitados, v. 10-18. Te sorprenderás al ver cuántas personas están en peor estado que tú.5. Saluda a todos, aunque te den vuelta la cara, v.21-22.

Pensamiento del día:

¡El Señor está cerca! ¿Por qué será que entre nosotros estamos lejos?…