En la concepción clásica, Dios era el centro del universo y de la historia. Los principales pensadores de todas las épocas y disciplinas, tomaban en cuenta la mano de Dios en cada aspecto de la vida humana. René Descartes, padre de la filosofía moderna, dice que la certeza de toda verdad depende exclusivamente del conocimiento de Dios. Sir William Blackstone, el codificador del derecho inglés, define la ley como toda regla de acción dictada por un ser superior. En las ciencias, Isaac Newton, Louis Pasteur, y muchísimos otros basaron sus teorías científicas en la fe. En las artes modernas Milton, Rembrandt, Durero, Haendel, Bach e infinidad de otros testificaron de su fe. Desde la más temprana antigüedad se ha vinculado a Dios con la formación y legitimación de naciones, dinastías y gobiernos civiles. Por muchos siglos se apelaba al Papa como legitimador de coronas reales desde Constantino hasta Napoleón. Prácticamente todas las repúblicas americanas fundaron sus nacionalidades sobre la autoridad de Dios, reflejado esto en sus documentos, himnos y símbolos patrios. Por ejemplo La declaración de independencia de México invoca al “Autor de la vida”. La de Argentina invoca “al Eterno que preside el universo”, el acta de independencia de Venezuela pone por testigo al Ser Supremo, la constitución Uruguaya de 1830 comienza: “En el nombre de Dios todopoderoso, Autor, Legislador y conservador Supremo del universo”. Y la lista continúa evidenciando cómo, a lo largo de las edades el hombre ha tenido en cuenta a Dios en sus más nobles ideales y en las empresas más trascendentales de su misma patria. Pero… ¿fue esto meras palabras, votos arrojados al viento y poesía literaria nada más? La realidad lo confirma: El hombre y la mujer  no tienen en cuenta a Dios en sus planes, familias, administración de su tiempo y  decisiones. ¿Está tu corazón cerca de Dios? Sólo con una respuesta positiva a esta pregunta habrá esperanza para la familia, las naciones y para ti.

PENSAMIENTO DEL DIA:

Dios no quiere estar cerca de ti sino dentro… que es muy diferente.