Gracias por estar nuevamente con nosotros, es un privilegio contar con su sintonía, hoy continuaremos con el interesante tema que está desarrollando nuestro hermano David Logacho, “La obra de Jesucristo después de su ascensión, por medio del Espíritu Santo”, tenga su Biblia a mano y acompáñenos a conocer que es lo que dios nos quiere decir acerca de esto.

I. Introducción: Saludos, bienvenida. La serie se titula: La obra de Jesucristo después de su ascensión, por medio del Espíritu Santo. En nuestro último estudio bíblico, vimos que el mismo día que nació la iglesia de Cristo, llegó a tener más de tres mil personas. Dios hizo una obra maravillosa transformando a tanta gente por medio de su palabra y su Espíritu. La pregunta que deberíamos hacernos es: ¿A qué se dedicaban los creyentes en la naciente iglesia? ¿Cuál era la atmósfera que se respiraba dentro de la iglesia? Veamos qué es lo que dice la Biblia sobre esto. Si tiene una Biblia, ábrala en Hechos 2 a partir del versículo 42.

II. Se ha preguntado alguna vez: ¿Cómo habrá sido la iglesia en sus inicios? Pues el libro de Hechos nos proporciona la información necesaria. Veamos de qué se trata. Hechos 2:42 dice: Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
La iglesia primitiva perseveraba. El verbo perseverar es la traducción de un verbo griego compuesto que literalmente significa “ser fuerte hacia” Veamos en qué era fuerte la iglesia primitiva. En primer lugar, era fuerte en la doctrina de los apóstoles. Esto significa en las enseñanzas inspiradas por el Espíritu Santo, expuestas verbalmente en aquel tiempo por los apóstoles y que ahora se preservan en el Nuevo Testamento. Note como la palabra de Dios ocupaba un lugar central en la vida de la iglesia primitiva. En segundo lugar, era fuerte en la comunión unos con otros. La palabra comunión es la traducción de una palabra griega que literalmente significa tener cosas en común, de allí que denota compañerismo. Allí no había divisiones ni rivalidades ni celos ni contiendas ni envidias, sino que todos eran un solo cuerpo, con una misma mente y un mismo parecer, compartiendo el privilegio de ser pecadores redimidos por la sangre de Cristo. ¡Qué bendición! En tercer lugar, era fuerte en el partimiento del pan. Esta frase puede tener un sentido literal, hablando de participar en una comida en grupo, o puede tener un sentido figurado, hablando de celebrar la cena del Señor, una de las dos ordenanzas para la iglesia local. Parece que en la iglesia primitiva, inclusive se celebraba la cena del Señor y además una comida en grupo, llamada el ágape. Más tarde, el apóstol Pablo refutó los abusos que se cometían en estas comidas en grupo dentro de la iglesia local. En cuarto lugar, era fuerte en las oraciones. La iglesia primitiva dependía totalmente del Señor y como iglesia buscaba la dirección y voluntad del Señor en oración. Si yo le preguntara: ¿En qué es fuerte la iglesia donde Ud. se congrega? ¿Cuál sería su respuesta? Se iguala al menos en algo a lo que la iglesia primitiva era fuerte? ¿No será que se usa 45 minutos del culto dominical para alabanza y adoración y menos de 15 minutos en la exposición de la palabra de Dios? ¿No será que los creyentes ni saben lo que es comunión porque sólo ven peleas, rivalidades, celos, envidias, competencia, entre los creyentes? ¿No será que el partimiento del pan es una mera costumbre que se la practica mecánicamente de vez en cuando? ¿No será que el culto de oración en la iglesia es la reunión con menos asistencia? Es triste decirlo, pero así está la mayoría de las iglesias locales hoy en día. Esa es la razón para que la iglesia local no cause ningún impacto ni en los creyentes ni en los incrédulos.

III. Además de perseverar, la iglesia primitiva causaba un fuerte impacto en la comunidad tanto creyente como incrédula. Hechos 2:43 dice: Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.
Lo que Dios hacía por medio del Espíritu Santo, a través de los apóstoles, trajo un profundo sentido de temor reverencial en toda persona. La naciente iglesia debe haber sido el tema favorito de conversación entre los incrédulos en la populosa Jerusalén y ciertamente también entre los creyentes. Eran los apóstoles, no los creyentes, quienes realizaban muchas maravillas y señales. Más tarde, algunos creyentes cercanos a los apóstoles también realizaron maravillas y señales. No era algo que todos los creyentes estaban haciendo. Las maravillas eran milagros que despertaban admiración y asombro en los que eran testigos. Las señales eran milagros que comunicaban alguna verdad espiritual. Las maravillas y señales autenticaban tanto el mensaje como venido de Dios y los mensajeros como enviados por Dios.

IV. Además de perseverar y causar un fuerte impacto en toda la comunidad, la iglesia primitiva satisfacía las necesidades de los creyentes. Esto se hace evidente en Hechos 2:44-45 donde leemos lo siguiente: Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas;
y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.
Una evidencia inconfundible de una verdadera transformación espiritual es el hecho de integrarse a una congregación que tiene las mismas convicciones espirituales. Siempre será fuente de mucha duda encontrarse con personas que dicen que han recibido a Cristo como Salvador, sin embargo son renuentes a congregarse en una iglesia local. Los primeros creyentes estaban juntos, según el relato en el libro de Hechos. Estar juntos les permitía conocer las fortalezas y debilidades de cada uno, les permitía saber cuales son las necesidades de cada uno, les permitía edificar a otros y ser edificados por otros. El amor de Dios era tan visible en ellos que decidieron tener en común todas las cosas. Cuando alguno estaba en necesidad, siempre había alguien que por puro amor a los hermanos, vendía sus propiedades y sus bienes y con el fruto de la venta ayudaba a quien estaba en necesidad. Parece que en la iglesia primitiva se satisfacía las necesidades espirituales, emocionales y materiales de la gente. Lo hermoso es que todos los creyentes cooperaban en esto. No había nadie que abusaba de la generosidad del resto. No había nadie que pensaba que tenía el derecho sólo de recibir. Todos daban y todos recibían. Esto era genial. Sólo así se explica la formidable unidad y armonía que había en la iglesia primitiva. Lamentablemente, este ambiente idílico no duró mucho tiempo porque poco después aparecieron las divisiones, los celos, los abusos, las envidias y todo lo demás, lo cual persiste hasta nuestro tiempo.

V. Además de perseverar, de causar un impacto en la comunidad, de satisfacer las necesidades de los creyentes, la iglesia practicaba el amor mutuo dentro y fuera del templo. Observe lo que dice Hechos 2:46 Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
No olvide amable oyente, que a estas alturas de la existencia de la iglesia de Cristo, todavía estaba exclusivamente en terreno judío. Los creyentes eran exclusivamente judíos convertidos al cristianismo. Estos creyentes perseveraban cada día, unánimes, en el templo, se entiende que debe ser en el templo de Jerusalén. Esto habla de su vida religiosa, pero también su vida fuera del templo fue transformada. El texto dice que partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón. La vida cristiana para los primeros creyentes no era solamente algo para vivirlo los domingos en el templo, sino algo para vivirlo todo los días, tanto en el templo como fuera del templo. Por eso es que cada día las familias invitaban a sus casas a otros creyentes para en amor compartir los alimentos. Esto era motivo de mucho gozo. Nadie lo hacía por interés. Todos lo hacían con sencillez de corazón. ¿Lleva una vida transformada tanto dentro del templo como fuera de él, amable oyente? Finalmente, la iglesia primitiva alababa al Señor. Hechos 2:47 dice: alabando a Dios. La alabanza a Dios en los verdaderos creyentes es como la respiración al ser humano, algo natural. El autor del libro de Hechos termina este pasaje bíblico mostrando el efecto que la iglesia tuvo en la comunidad incrédula de su tiempo. Hechos 2:47 en su última parte dice: y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
La gente incrédula tenía una buena opinión de la iglesia primitiva. Diríamos que la iglesia gozaba del favor de todo el pueblo. Esto hacía que muchos vengan a los pies de Cristo. El Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos. Era una iglesia en constante crecimiento, tanto espiritualmente como numéricamente. Ciertamente que la iglesia primitiva no era perfecta, esto se hizo evidente muy pronto, pero a pesar de eso estaba cumpliendo con el papel que el Señor le había asignado. Gracias al Señor por eso.

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