La Cruz nos proporciona la evidencia final respecto de la naturaleza del corazón del ser
humano. El hombre es capaz de cometer grandes maldades debido a que está alejado de
Dios.

A aquellos que dicen: “Bueno, realmente la raza humana no es tan mala”, el
cristianismo les señala la Cruz. La mayor prueba de que el hombre está completamente
alejado de Dios, es la manera como trató a Dios cuando este vino en la persona de Jesús.

Lo crucificamos.

Pero aparte de ser un gran indicador de la verdadera temperatura de la rebelión del hombre contra Dios, la Cruz también nos revela el fervor del amor de Dios por el hombre. Aunque Dios no instigó el odio del ser humano contra Jesús, la Cruz estaba en su plan para solucionar el problema del pecado del hombre: perdonando a este y reconciliándolo con Dios.

El hombre es culpable del pecado, está enfermo a causa del mismo, pero la Cruz soluciona todo esto. Las acciones contra Dios de hombres despiadados se convierten en bendiciones de Dios para el hombre. Así de maravilloso es Dios. La crueldad se vuelve amabilidad en la Cruz.

El hombre es culpable delante de Dios por su pecado y, asimismo, está enfermo espiritualmente por causa del pecado: por el hecho de estar apartado de Dios, fuente de la vida. Es culpable y está enfermo.

Así, entonces, en la misma cruz se mezcló el odio más cruel del corazón humano con el amor más expreso del corazón divino. La bajeza con la realeza, la envidia con la bondad y la tiranía con la paz.

Para muchos hoy, la cruz es la expresión de la mayor injusticia cometida hacia alguien, para otros es la demostración del amor de Dios. Para muchos es la cruz el emblema de una religión, para otros es la propuesta de una relación.

Para algunos es un símbolo, para otros es el comienzo de una nueva vida.
Cada uno es responsable de la actitud que adopte hacia este trascendental hecho que dividió en dos la historia humana.

De esa decisión depende el destino eterno del alma. ¿Qué harás?…

Pensamiento del día:

La Cruz nos proporciona la evidencia final respecto de la naturaleza del corazón del ser humano.