Muchas de las actuales series famosas, captan a sus seguidores por el suspenso que genera algún “Escape de prisión”.

Películas como el “Escape perfecto” o la actual serie “Prison Break” cuyos capítulos describen los elaborados planes para escapar de tras las rejas hacia una vida de libertad, son las preferidas por muchos.

Seguramente toda la ficción tiene su base en la realidad, y en este tema, no creo que haya prisioneros que disfruten de las situaciones de encierro tal que, si se ofreciera alguna vía de escape seguro, lo aprovecharían sin dudarlo.

Sin embargo, hubo una historia que transcurrió durante el imperio romano. También se trataba de prisioneros y de cárceles, pero nunca se escribió un guion de la misma para crear una tira cinematográfica.

Quedo escrita por un médico cristiano en el año 65 D.C, Lucas era su nombre y en su libro llamado Hechos de los apóstoles, relata el momento en el cual, los primeros seguidores de Jesús, como el apóstol Pablo y otros, fueron encarcelados en Roma por dar testimonio de su fe.

Un terremoto inédito, abre la posibilidad de escape. Las cadenas se rompen y las puertas se abren, sin embargo, nadie escapa. Todos deciden quedarse más allá de la situación de sufrimiento e injusticia a la que estaban condenados. Por supuesto, Dios luego los libera con mayor poder.

Todo este preámbulo para que entendamos que, en este contexto de prisiones, encierros y sufrimientos, es el que Pablo el apóstol vivía mientras escribía acerca de tener gozo y soportar las pruebas y dificultades de la vida. Tenía ¡Tanta claridad con respecto al propósito de sus sufrimientos!

Que no se rendía ni doblegaba ante ellos. Al contrario, se fortalecía y animaba a quienes sufrían por él. Quizá esta sea una manera de “Sentirse libre” estando dentro de las pruebas de la vida: Entender y descubrir algunos sentidos y propósitos más allá del dolor.

Nuestra tendencia es escaparnos de los que nos duele, pero muchas veces permanecer en la incomodidad abre nuevos sentidos, provee de nuevas fortalezas y lecciones para la vida.

Pensamiento del día:

Nadie puede saber por ti, ni aprender por ti, ni buscar por ti, ni hacer por ti. La existencia no admite representantes.