Muchas veces tu persona puede ser atacada y juzgada indebidamente. No hay mejor caldo de cultivo para que reaccione tu carne que este.

Son esos momentos que sientes que el mundo se vuelve en tu contra. Y puede suceder de un momento a otro. Así fue con Moisés, un día amaneció siendo el más codiciado y ese mismo día huía hacia un desierto siendo el más perseguido.

O con José, cierto día comenzó sus tareas siendo el preferido de su padre y la noche le sorprende odiado por sus hermanos, dentro de un hueco húmedo y frío del cual salió sólo para ser encadenado a una caravana como esclavo. Quizás ayer eras el que todos buscaban para pedir consejos y hoy eres a quien todos miran por la ventana de su casa cuando pasan y, tras las cortinas, murmuran de ti, como con Job: “Me oían, y esperaban, y callaban a mi consejo.

Calificaba yo el camino de ellos, y me sentaba entre ellos como el jefe. Pero, cuando esperaba yo el bien, entonces vino el mal; y cuando esperaba luz, vino la oscuridad. Ahora yo soy objeto de su burla, y les sirvo de refrán. Me abominan, se alejan de mí, hasta de mi rostro no detuvieron su saliva.” (Job 29 y 30) Duro, ¿no?… Pero yo sé que ninguno de estos ejemplos es suficiente para calmar tu dolor.

Es por eso que deseo ponerte el ejemplo máximo, el del mismo Hijo de Dios, Jesucristo. Al fin y al cabo, Él también era el mejor del cielo y se hizo lo peor de la tierra, pero lo hizo por su propia voluntad y en total acuerdo con Su Padre, Quien quiso quebrantarlo y le sujetó a padecimiento. ¿Para qué?… Para entenderte, para identificarse contigo, para que puedas acudir a Él confiadamente cuando todos te atacan y encontrar a sus pies, el oportuno socorro. Nadie más traicionado que Él.

Nadie más despreciado que Él. Nadie más juzgado injustamente que Él.

Nadie comprende tu dolor mejor que Él. Entonces, cuando te sientas devaluado, deposita tu fe en el banco del cielo, en ningún otro lugar serás mejor cotizado.

Pensamiento del día:

Al fin y al cabo, también Jesús era “el mejorcito” del cielo y se hizo lo peor de la tierra, por amor a ti.