Hay causas por las que vale la pena luchar.

De hecho, grandes líderes de la humanidad han dedicado su fuerza y su tiempo a ellas. Martin Luther King, Mahatma Gandhi, Mandela y otros, buscaron hacer justicia, promover la paz y la libertad en un mundo que se les oponía.

Pero por otro lado aparecen también algunas causas que creemos perdidas y que nos invitan a abandonar cualquier lucha. Lamentablemente muchas veces nos equivocamos y creemos perdido lo que todavía puede llegar a ser encontrado. La Biblia cuenta una historia conmovedora.

El rey David, había hecho un pacto de lealtad con su amigo Jonathan antes de que este muriese. Tal es así, que luego de muchos años pregunta a sus siervos si todavía quedaba algún descendiente con vida. Siba, uno de estos servidores le dice que sí, que Mefi boset había quedado vivo pero que era lisiado de sus pies.

Este hombre que había sido nieto de un rey, lo había perdido todo. Perdió a su familia, su derecho al trono y todos los privilegios de un príncipe.

Encima de tanta tragedia, había quedado lisiado de sus pies desde los 5 años cuando huía tras la muerte del rey Saúl.

Una discapacidad física, una vida austera en un pueblo desértico y olvidado de todos; pero un día recibe la invitación del nuevo rey David. Por el amor que tenía hacia su padre, lo restituye en su derecho de volver al palacio, de sentarse a su mesa todos los días y de vivir como un príncipe otra vez.

Una causa perdida para muchos, pero una causa ganada para el rey David. Y así es Dios con nosotros siempre. Él restituye en nuestras vidas lo que, en algún momento, ya sea por nuestras malas decisiones o por nuestras equivocaciones hemos perdido.

La actitud de David es el fiel reflejo del amor y de la misericordia de Jesús con el ser humano. Su mirada de amor nos encuentra en los destierros más lejanos a los que podamos haber llegado.

Y es solamente por su Gracia que nos ubica, nos enfoca, nos sana heridas del pasado y nos devuelve la dignidad espiritual, moral y física.

Pensamiento del día:

Cuanto más oscura es la noche más cercano está el amanecer.