Nos hemos acostumbrado al tipo de oraciones de: “Dame, dame. Necesito más de tu presencia, más de ti, etc, etc”. Así, le estamos echando, consciente o inconscientemente, la culpa por nuestras falencias a Dios.

Veamos: “Señor, dame paciencia para soportar a mi marido.” “Oh Dios, sin tu ayuda, no creo que logre superar la tentación con este pecado”. Aun algunos de nuestros himnos más tradicionales, de los cuales ciertos hermanos se jactan de contener “pura doctrina”, proclaman este error en sus versos: “Dame poder, dame poder”, reza uno de esos.

Como si Dios hubiese hecho su obra incompleta en nosotros. De ahí el estancamiento espiritual crónico que muchos sufrimos. Permitime parafrasearte muy someramente las palabras del Apóstol Pedro en su Segunda carta capítulo uno: “Todas las cosas necesarias para vivir una correcta vida de piedad, ya nos han sido dadas por su divino poder.

El mismo que nos llamó también nos capacitó para conocer su excelente gloria. Como si esto fuera poco también nos ha dado preciosas y grandísimas promesas que nos aseguran que llegaremos a la meta de participar de su naturaleza divina. Ahora, tu responsabilidad es añadirle a estas gracias tu parte con toda diligencia… Verás que si haces estas cosas ¡No caerás jamás!!!”. (Te aconsejo leer todo el capítulo).

“Padre, gracias por haberme dado el poder, la paciencia y el amor que necesito. Perdón por no saber usarlo y vivir de derrota en derrota. Declaro y proclamo que todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.

Suena diferente, ¿no? Ahí, Dios se deleita y responde. Sale en nuestro socorro y se suma al proyecto que tuvo en mente al escogernos. Obvio que siempre la mayor parte la hace Él. Pero a no engañarnos a nosotros mismos, pensando que debo echarme en la mecedora de la inoperancia y dejar que Él haga todo.

No, así no funciona. “Añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.” ¿Lo notaste?: ¡Añadid! (Esa es tu parte).

Pensamiento del día:

El Arquitecto Eterno nos ha dado todos los materiales y todas las herramientas necesarias. ¡A trabajar!