Alguien dijo, y con razón, que si no vives disfrutando del Dios de las bendiciones nunca disfrutarás de las bendiciones de Dios. De alguna manera todos vivimos a diario rodeados de bendiciones. Una cama seca y una cobija limpia, (hay quienes la desean y no la tienen).

Una taza de café al levantarte, (hay quienes la desean y no la tienen). El saludo afectuoso de tu hija, (hay quienes lo desean y no lo tienen). Un techo que te protege de la lluvia, (hay quienes lo desean y no lo tienen).

Más de diez contactos en la lista de tu teléfono a los que podrías llamar en este instante y te regalarían aunque sea un minuto para escucharte, (hay quienes lo desean y no lo tienen)… ¿Continúo?… Creo que no es necesario.

¿Por qué nos hemos transformado en quejosos crónico, amargados, malhumorados, resentidos y envidiosos? ¿Crees que la felicidad se ha ido de tus manos? Déjame decirte que la felicidad no consiste en rodearte de fiestas, regalos y luces. Lo que pase internamente, dentro de ti es lo que debe regular tu ánimo.

Es cuestión de elección. Si hoy eliges agradecer por las cosas que tienes y te rodean, este año que hoy comienza cambiará antes que te des cuenta, te lo garantizo.

Detente a mirar las necesidades de los demás. Hay muchos que están en peores circunstancias que tú y tú te quejas por esta necesidad superflua. Por último, vive día a día. Dios se ocupa de tu futuro. Por eso, Él dijo que basta a cada día su propio afán. Si has podido leer o escuchar esta reflexión, es porque estás en mejores condiciones que más de 40 millones de discapacitados visuales o auditivos en el mundo que no pueden hacerlo.

Dale gracias a Dios por las cosas que Él te dio, y disfruta del amor de Dios. Solo entonces podrás disfrutar de sus bendiciones.

Pensamiento del día:

Hasta que no aprendamos a disfrutar del Dios de las bendiciones nunca llegaremos a disfrutar de las bendiciones de Dios.