El tiempo puede curar todas las heridas o infectarlas. Depende de la terapia que apliques a esas heridas. Si realizas un tratamiento “cosmético” de la ofensa, un perdón superficial, o un olvido a la ligera, esa herida jamás sanará. Y una herida que no sana siempre es propensa a infectarse haciendo peor la situación.

En cambio, si tienes una actitud enérgica y radical, puede sanar con el tiempo. Cuando sufrimos, el tiempo se nos hace largo. Cuando reímos, parece muy corto. Cuando amamos, nos gustaría que fuera eterno y cuando estamos heridos, quisiéramos saltearlo para que no duela tanto.

La experiencia del salmista con respecto al tiempo nos enfoca a pensar en la soberanía de Dios sobre “Nuestros tiempos”, ya sean estos difíciles o placenteros. Cierto es que muchos de esos “Tiempos” son incomprensibles y que nuestra razón no llega a encontrar el propósito ni el sentido de los mismos.

Pero cuando podemos confiar en Su Mano, nos dejamos llevar, abrazados en Él. Eso nos da reposo y descanso, aunque no necesariamente tengamos todas las respuestas ¿Necesitas hoy recostarte en esas manos? Las agujas de Su reloj no marcan la hora de la misma forma que el nuestro.

Para Dios un día son como mil años y mil años como un día. Descansa. Pensar en los sucesos terrenales sin considerar la realidad de nuestra existencia eterna te desenfoca. Deberíamos saber que los ochenta años promedio que dura una vida es nada en comparación con la otra vida que nos espera más allá. El vivir ajustando nuestro cronómetro a los tiempos de Dios es de sabios y libra al hombre de la ansiedad. Refúgiate en Él cuando comprendas y cuando no, cuando cicatricen tus heridas o cuando te echen sal en ellas, cuando llores o cuando rías. Siempre.

Pensamiento del día:

El tiempo puede curar todas las heridas o infectarlas.