La vida con Dios está llena de desafíos nuevos cada día, llena de etapas alcanzadas y otras por alcanzar. Es un constante subir y subir sobre el nivel de la mediocridad. Derriba todo argumento estereotipado que esta sociedad propone y fija metas claras establecidas por Dios que son alcanzables por Su Espíritu.

Una característica que se repetirá vez tras vez es el hecho de sentirme desafiado por Dios para llegar a nuevos niveles de santidad y cuando lo logras es sólo para ver que Él te pide un poco más. Sí, parecería que Dios nunca se conforma con la medida de mi entrega.

Dios sabe del peligro del conformismo y el estancamiento. Es en este contexto que Pablo exhorta: “Sed llenos del Espíritu Santo de Dios.” (Efesios 5:18) La palabra “sed”, en el original, significa literalmente sed y seguid siendo. Es un proceso continuo. Creo que es justamente ahí donde fracasamos la mayoría de las veces, y así la vida de piedad se nos va en intentos. Jesús refirió una parábola acerca del peligro de proponerse metas de vida, alcanzarlas, para luego conformarse con lo alcanzado. (Mateo 12:43-45) Dijo Él que, en este caso, el peligro es de acabar peor que como comenzamos. El sujeto de esta historia desalojó su vida de malos hábitos pero no los reemplazó con buenos.

Al cabo de un tiempo, esas malas costumbres regresaron con otras “Mañas nuevas” y su estado postrero fue peor que el primero. La Biblia presenta lo que se conoce como el método del reemplazo. Quitar algo malo y alcanzar un nuevo nivel de santidad pero no dejar ese hueco en el alma sino llenarlo con otro buen hábito.

Es lo que Pablo llama el “Despojarse y vestirse”, Efesios 4:22-24. No intentes conformar a Dios con un mero esfuerzo por mejorar, solamente para dejarlo tranquilo a Él y a tu conciencia. Él te desafiará cada día. Si tuviste diez minutos asolas con Él, te dirá: “Y ¿qué tal 15? Y cuando logres 15 te dirá: ¿Y por qué no 20?… Cada vez que logres cortar las ataduras de tu lengua y hablarle a una persona de tu fe Él te dirá: ¿Te animas a hacerlo nuevamente mañana? Son desafíos de fe y santidad que te llevan alto, a la Roca.

Pensamiento del día:

Una meta alcanzada no significa nada sino va acompañada de una nueva meta en proceso.