¡Cuándo comprenderemos que Dios está mucho más interesado en lo que pase dentro de mí que alrededor de mí! Nuestras circunstancias, las cosas que vivimos a diario, nuestras agendas, no son el producto final. Ni siquiera aquellos desafíos que Dios me proponga o los lugares donde Él me lleve son un fin en sí.

Son más bien herramientas en Su mano, el fin soy yo. Si aprendiera a ver las circunstancias de mi vida como instrumentos enviados de parte de Dios estaría mejor capacitado para enfrentar las pruebas. Así lograría concentrarme en Dios antes que en mis problemas. Esa persona detestable, por ejemplo, que me agota la paciencia, sería más aceptable si la vería como enviada de Dios para moldearme, probarme y pulirme, porque el hierro cuando entra en fricción con otro hierro se afila y acaba siendo un producto más refinado y más efectivo. (Proverbios 27:17)

Puedes ver a esa persona como un obstáculo, una piedra en el zapato, una espina en tu dedo, o como la escuela de Dios para tu vida donde Él quiere enseñarte una lección que aún no has aprendido. Entonces puedo llegar al punto de aceptar Su trato y decir: “¡Gracias, Dios, por esta persona!”

Tú eres la meta de Dios, la formación de tu carácter es su “obsesión”. Luchará contigo hasta moldearte a Su imagen. Como lo hizo con Jacob (Génesis 32), o con Jonás en aquella playa, (Jonás 3:1-2), o con el profeta Jeremías, (20:7). Así lo hará también contigo, tenlo por seguro. Toda la vida de relación con Dios se resume en este pasaje: “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6). Es un proceso. Debes esforzarte por mantener la óptica correcta.

Así serás ejercitado en la paciencia y el amor a Dios. Aquellas cosas que no comprendas ni aceptes en lugar de formar en tu interior rencor y amargura formarán un carácter estable y maduro, como el de Cristo. Así que, si todavía no cambia esa situación indeseada por la que oras hace tiempo, ¿no será que aún no has aprendido la lección que Él está intentando enseñarte?…

Pensamiento del día:

Difícilmente Dios cambie una circunstancia adversa de nuestra vida si aún no ha logrado cambiar nuestro corazón.