Jesús realizó muchos milagros, pero la sanidad y liberación que le proporcionó al endemoniado de la región de Gadara, al otro lado del lago, fue quizás el cuadro más vívido y a la vez más gráfico de la realidad del ser humano sin Dios y las terribles consecuencias de su pecado. El cuadro que el Maestro y sus discípulos presenciaban al bajar de aquel bote era repugnante.

Un hombre desnudo, mostraba su sucio cuerpo coloreado de distintos tonos de rojo. Uno oscuro por la seca sangre producto de viejas heridas que él mismo se produjo con piedras y el otro, un tono más fuerte y fresco producto de sangrados recientes. Vivía como muerto, entre los sepulcros. Claro la sociedad de los vivos le había marginado tanto que su única compañía eran los silenciosos cadáveres. Era lógico. Buscó un ambiente donde su degradación pase desapercibida, al fin y al cabo, de todos los habitantes de esos sepulcros, el único vivo era él, así disimulaba su muerte.

No dista mucho este patético cuadro, de la condición del hombre y la mujer lejos de Dios hoy en día. Son esclavos del diablo al declararse independientes de Dios. Así como este hombre estaba dedicado a la auto destrucción, también nuestro planeta y sus habitantes están abocados a esta carrera ciega. Se intenta disimular la decadencia rodeándose y comparándose con personas peores que uno, al fin y al cabo… “yo no estoy tan acabado como aquel”, (decimos).

Exponen su propia vergüenza y no pueden esconder sus impurezas ante la mirada de Dios. Conscientes o no, van camino a despeñarse, igual que el destino de aquel pobre hombre… Pero (ese “pero” maravilloso que nace del corazón de la gracia de Dios), el mismo Hijo de Dios desembarcó en la playa del problema de aquel hombre arruinado. Él no mandó a llamarle, Jesús mismo vino, cruzó el lago en una humilde canoa y lo restituyó a la vida. Hace 2000 años, Aquel hijo de Dios también cruzó el lago de la eternidad, desembarcó en las playas de tu vida abordando el barco de la humanidad, se acercó, te amó y hoy quiere que dejes el sepulcro en el que estás para darte una vida digna. ¿Le aceptarás?

PENSAMIENTO DEL DÍA:

Eres esclavo del diablo al declararte independiente de Dios.