El pastor William Sangster entró en la habitación de un hospital para visitar a una niña que estaba perdiendo la vista. La pequeña parecía llena de temor. Con sus ojos casi oscurecidos, volvió su rostro hacia el predicador, y le dijo: “Oh, doctor Sangster, Dios me está quitando la vista.”

El siervo de Dios se inclinó sobre la temblorosa niña y le dijo tiernamente: “No dejes que te la quite, dásela.” La niña quedó profundamente impresionada por esta palabra y fue más tarde una compositora de himnos que, ha pesar de su ceguera, ha hecho cantar a miles de personas. Si sientes que hoy Dios te está quitando algo, no luches con Él, sólo dáselo y verás al final la provisión del cielo.

Cierto día nos encontrábamos con mi familia en casa de mi hermano Walter para conocer la nueva casa que había adquirido. Entre las cosas viejas que aún estaban por la sala, había un palo de escoba. Lo tomé e hice con él lo que años atrás un pastor había hecho con migo, le pedí a Walter que lo tomara firmemente. Luego, abriendo cada uno de sus dedos traté de quitárselo lo que le produjo dolor. Entonces le dije: “Vuelve a tomarlo. Pero ahora no con toda tu mano sino sólo con la punta de tus dedos”. De un rápido tirón le quité aquel palo de su mano y le dije: “Cuando Dios te de algo, tómalo así, con la punta de tus dedos, cosa que si algún día Él decide pedírtelo, pueda tomarlo fácilmente y no tenga que luchar contigo para que se lo des.”

El gran padre de la fe Abraham recibió de Dios un gran regalo, su hijo prometido aún en la vejez, pero un día se lo pidió, Abraham, sin discusiones, tomó al niño, la leña, el fuego, y subió al monte. Cuando se disponía a entregárselo, Dios proveyó un cordero y premió su fe con la promesa de una descendencia multitudinaria.

PENSAMIENTO DEL DÍA:

Si sientes que hoy Dios te está quitando algo, no luches con Él, sólo dáselo y verás al final la provisión del cielo.