La autoestima es esta valoración que cada uno tiene de sí mismo. No es innata ni se hereda genéticamente  sino que se construye en un proceso continuo de interrogación del mundo exterior.

Por eso lo social influye constitutivamente en la construcción de esta visión que tenemos de nosotros mismos. “La autoestima es una experiencia  íntima es lo que pienso y lo que siento sobre mí mismo”. (Luis Hornstein). Cuando es óptima, abre posibilidades en las relaciones pero cuando no está por ese nivel óptimo, sino que va hacia abajo o hacia arriba, genera molestia y sufrimiento. Cuando Dios creó al hombre, lo hizo a imagen y semejanza de Él, pero la caída colapsó esa visión perfecta, y el deseo de ser “Como Dios” creó todas las derivaciones que nos podemos imaginar,  y entre ellas el VENENO de la egolatría, el egocentrismo, el egoísmo, términos que responden a un nivel MUY arriba de la línea óptima de autoestima.

Así es que hoy nuestra sociedad padece de posturas narcisistas que desde lo  relativamente normal hasta lo patológico, dejan a los sujetos presos de mirarse a sí mismos, corriendo el interés y la entrega a los otros y  cayendo en el individualismo y la soledad. El egoísmo: Es una exagerada defensa del interés propio menoscabando el interés de las personas que le rodean (lo contrario es generosidad) La egolatría: es el ensalzamiento de uno mismo (lo contario es la modestia). Es la  preocupación extrema por sí mismo. Esta produce falta de empatía con otras personas.

Algunos síntomas visibles: Reaccionar en la crítica con sentimiento de rabia, vergüenza y humillación. Aprovecharse de otros para lograr metas propias. Exagerar sus logros y talentos. Estar preocupados con fantasmas de éxito, poder, belleza e inteligencia. Requerir atención y admiración constantes.

Quizás experiencias desfavorables produjeron en tu ser esta tendencia a pensar solo en ti  mismo. Hoy puede ser la oportunidad para que cambies tu óptica permitiendo que el amor de Dios te habite y comiences a poner a los demás antes que a ti mismo. Empezarás a descubrir la verdadera felicidad.

Pensamiento del día:

El egocentrismo equivale a una percepción distorsionada del mundo en la que se destaca uno mismo como el centro.