Cuando la raíz de un árbol joven crece en la naturaleza, generalmente se oculta debajo de la tierra .Con los años comienza a aparecer en la superficie y se forman las raíces de un árbol viejo y áspero. Esto sería como la característica más impactante del árbol: “MOSTRAR EL CARÁCTER DE UN ARBOL”. Parecería que algo semejante a lo que sucede en la naturaleza…ocurre también en el corazón humano: La amargura puede ocultarse y enraizar poco a poco, pero llegado su tiempo se hace evidente y manifiesta así un CARÁCTER.

Las palabras RENCOR y AMARGURA tienen su origen en la idea de “Punzar”  o “Punzante”. Es algo fuerte, que punza, que penetra, que duele y enlaza con la idea también de RESENTIMIENTO, que está compuesta por dos palabras: RE: intenso y SENTIMIENTO. O sea: volver a sentir, sentir de nuevo, mantener una deuda pendiente. El rencor, la amargura, el resentimiento generan un sistema “Radicular” que se expande hacia abajo, afectando nuestra vida emocional, hacia los costados afectando nuestras relaciones y hacia arriba afectando nuestro encuentro con Dios. Algunos de los frutos que esa raíz alimenta provocan:

Una visión limitada de la experiencia. Solo nos enfocamos en lo que nos hicieron, en lo que nos pasó, y no podemos ver más allá y el sentido que eso tiene en nuestra historia, en nuestra biografía.

Contamina a otros. Mayormente comentarios negativos, desprecios y críticas salen automáticamente intentando destruir al ofensor de alguna manera.

Nos corre de la mirada de la Gracia y aplicamos nuestras propias “Leyes” de lo que debería haber sido o de cómo deberían haber ocurrido las cosas.

Perdemos la perspectiva , porque terminamos enfocados en esa deuda y en ese dolor

Esa amargura se convierte en el filtro desde donde miramos la vida.

Ocasiona alteraciones en la salud y el físico empieza a dar señales

Sentimientos de venganza.

Así que, de ahora en adelante, cada vez que te sientas lastimada o lastimado sabe que a ÉL lo hirieron antes que a ti, por eso te entiende y te atiende para que vivas libre.

Pensamiento del día:

El que se acuesta herido, se levanta enojado, el que se acuesta enojado, se levanta resentido y el que se acuesta resentido se levanta amargado.