Jesús fue tajante respecto a aquellos males que enraízan en el sustrato humano a tal punto que cuesta erradicarlos. En el capítulo 18 del evangelio según lo narra Mateo dijo que cuando un pecado ya ha pasado a formar parte de ti mismo como si fuese un miembro más de tu cuerpo (una mano, un pie o un ojo), debes tener una enérgica actitud, debes cortarlo y echarlo de ti. No todo está mal en tu vida, de hecho hay muchas cosas buenas, de ahí que no se refiera a ambos pies o ambas manos o ambos ojos. Este pasaje está direccionado a sus discípulos desde el encabezado mismo del capítulo. Eran buenos creyentes, seguían a Jesús, ¡habían dejado todo por Él!, pero algún área de sus vidas no le pertenecía a Dios. Esta situación es muy común en la mayoría de buenos cristianos. Le hemos entregado a Dios el control de nuestras vidas pero nos hemos quedado con una pequeña llavecita de un cuarto privado, muy privado que no queremos que nadie se meta. ¿Por vergüenza, por orgullo, por miedo?… No sé pero sí sé que Dios es celoso y no te dejará hasta la rendición total. “Córtalo”, les dijo en primer lugar. La idea original de esta palabra es “evítalo”. No vayas a ese lugar en el que siempre acabas mal. No pases por ese puesto de revistas donde se exhiben fotos de mujeres bonitas con poca ropa en las tapas de sus revistas. No juegues football si terminas peleado siempre con algún amigo. Borra de tu lista de contactos ese nombre que te trae malos recuerdos y siempre sientes deseos de volver a llamar. La otra palabra es “échalo de ti” en el idioma original significa: Ódialo. Rompe con decisión aquellas cosas que te son de tropiezo, que son basura. Nadie guarda hasta el lunes la bolsa de basura en su casa simplemente porque el recogedor no pasó el viernes, ¡NO, hace algo!… Pero no nos damos cuenta que el computador o nuestro celular puede convertirse en una bolsa de basura pornográfica o de otro tipo. ¡Y la guardamos en nuestros cuartos toda la semana!!! Córtalo y échalo de ti.

Pensamiento del día:

Es mejor morirse de hambre que comer la comida del diablo.