El tema de “descubrir la voluntad de Dios” sigue y seguirá siendo un tema enigmático para muchos seguidores de Jesús. No es que lo sea, sino que ha llegado a ser enigmático. Un repaso por las páginas de las sagradas escrituras y el trato de Dios con sus hombres, deja ver a las claras que no es difícil seguirle ni llevar su yugo pues es “liviano, y ligera la carga”. Pero se torna pesado cuando pensamos que depende exclusivamente de nosotros. En realidad, la voluntad de Dios no es un destino al que debo llegar sino un sendero que está delante de mí, y solo debo disponerme a transitarlo. “Para que andemos en ellas”, dijo el apóstol Pablo en Efesios, refiriéndose a esas buenas obras preparadas de antemano  y diseñadas exclusivamente  a nuestra medida. Una vez que estamos en Sus Caminos Él nos va revelando Su Luz para corregir lo que sea necesario. Ojo que dije en “Sus caminos”. Me temo que muchas veces luchamos con Dios y su voluntad para nosotros porque escogemos nuestro propio sendero y pretendemos luego que Él nos bendiga con su luz. Es entonces cuando acabamos en un naufragio espiritual y en frustración.

Para vivir en su voluntad debemos estar primero dispuestos a permitir que Dios interrumpa literalmente nuestros proyectos y los ajuste a su Plan. Esto implica fe. Es imposible pretender que Él me llene de su voluntad sin vaciarme primero de la mía. No, una cosa o la otra. Así sucedió con Leví, por ejemplo: “Jesús iba caminando y vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en el lugar donde se pagaban los impuestos. Jesús le dijo: -Sígueme. Entonces Leví se levantó y lo siguió». (Marcos 2:14). Este hecho se repite con Moisés, Gedeón, Abraham, David, Zacarías, María, Elizabeth, José, Pedro y hasta el mismo apóstol Pablo. En cada uno de estos casos se produjo una interrupción divina que alteró radicalmente sus vidas, y este principio se repitió a lo largo de su peregrinar. De ahora en adelante ora, ámale, espera sus directrices y avanza por fe. Fe en que Aquel que comenzó esa buena obra la seguirá perfeccionando hasta que venga Jesucristo.

Pensamiento del día:

Para vivir en su voluntad debemos estar primero dispuestos a permitir que Dios interrumpa literalmente nuestros proyectos y los ajuste a su Plan.