Según la historia, hay varios tipos de cruces. La cruz commisa (cruz de San Antonio), tenía la forma de una “T”. La cruz decussata (cruz de San Andrés), tenía la forma de la letra “X”. La cruz immissa, era la conocida cruz de dos barras que según sostiene la tradición y la historia fue la que cargó Jesús el día de su muerte ya que los evangelios dicen que sobre su cabeza había una inscripción, cosa que no hubiera sido posible en el caso de las dos cruces antes mencionadas. La cruz estaba compuesta por el “simplex”, poste vertical, el “patibulum”, poste horizontal, y  la “sedile” o “sedécula”, una especie de asiento. Se clavaban los clavos en los brazos o manos, y  en los tobillos, uno encima de otro, según el hallazgo de un cadáver crucificado en Jerusalén en el año 7 y 66 DC.

Previamente, el condenado, era azotado con el “flagelum”, especie de látigo con correas de cuero. Esto provocaba un sufrimiento extremo en el reo que después era obligado a cargar su propia cruz. Por eso la narración bíblica menciona a un cierto Simón de Cirene que tuvo que ayudar a Jesús en los tramos finales de la vía dolorosa. La geografía de Jerusalén, muestra que a ambos lados de dicha vía, hay una sección que pasa por un matadero de corderos.  ¿Qué habrá pensado Aquel que no tenía pecado viendo ese espectáculo y continuando su camino?… No sabemos. Pero sí podemos asegurar que pensó en ti y en mí, querido amigo. Él, como cordero fue llevado al matadero, y como oveja delante de los que le trasquilaban enmudeció y no abrió su boca, dice el profeta Isaías.  ¿Has experimentado ese amor? Él resucitó y hoy te dice desde el cielo: “te amo, te perdoné, pagué el precio de tus pecados”. ¿Qué harás con semejante acto de amor sacrificial?

Sólo la comprensión real de aquella cruz te puede hacer salvo y libre. Acéptalo hoy.

Pensamiento del  día:

Ignorar el significado de la cruz de Cristo es ignorar el significado del amor y de la vida misma.