• El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él.
  • Puedes decir si un hombre es sabio por sus preguntas.
  • Los sabios son los que buscan la sabiduría. Los necios los que piensan que ya la encontraron.
  • El que tiene lo que no merece difícilmente dé gracias por ello.
  • Si tienes mucho pero crees que es poco, no deberías tener nada.
  • Volver mal por bien es diabólico; volver bien por bien es humano; volver bien por mal es divino.
  • Si quieres ser sabio aprende a interrogar razonablemente, a escuchar con atención, a responder serenamente, y  a callar cuando no tengas nada que decir.
  • No hay que confundir el conocimiento con la sabiduría. El primero nos ayuda a ganarnos la vida, el segundo a vivir.
  • El sabio no se sienta a lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho.
  • La riqueza es como el agua salada, cuanto más se bebe más sed produce.
  • ¿Qué es la avaricia? Un continuo vivir en la pobreza por temor a ser pobre.
  • El camino  a la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: Trabajo y ahorro.
  • Buscando el bien de nuestros semejantes encontramos el nuestro.
  • Si hacemos el bien por interés seremos astutos, pero nunca buenos.
  • Cuando todos los días parecen iguales es porque el hombre ha dejado de percibir las cosas buenas que surgen en su vida cada vez que el sol cruza el cielo.
  • Bueno es dar cuando nos pidan, pero mejor es dar sin que nos pidan, como buenos entendedores.
  • Una palabra dura pone fin a una amistad.
  • Un pequeño dolor puede ser amplificado en nuestra mente al punto de convertirse en una enfermedad incurable.

Pensamiento del día:

El principio de la sabiduría es el temor de Jehová. (La Biblia)