Casi al final del libro de Josué, leemos las siguientes palabras: “Y ni una sola de las buena promesas del Señor a favor de Israel dejó de cumplirse,  sino que cada una se cumplió al pie de la letra.” Josué 21:45 ¡Qué hermosa reflexión acerca de la seguridad de las promesas de Dios pero que difícil se nos hace vivir de acuerdo con esta premisa! ¿Verdad?

Está claro que Dios no promete a la manera humana. Nuestros compromisos y promesas están condicionados a infinidad de factores internos a nosotros y externos que al fin y al cabo pueden echar por tierra nuestras palabras, pero Dios no, el no miente ni es hombre para que se arrepienta, dice Números 23:19. Descansar en esta veracidad eterna es descansar sobre una montaña de roca firme que sirve para construir cualquier proyecto de la mano de Dios. Creo que justamente esto es lo que les falta al hombre y la mujer de hoy: descansar. Es por eso que vivimos en el siglo del estrés, la ansiedad, el insomnio y la depresión, porque sentimos y sabemos que nada de lo que esperamos nos sostenga es tan fiel como parece, es ese margen de error, ese miedo a la traición y el fracaso lo que no nos deja en paz y nos destruye paulatinamente, ¿Verdad? Las palabras del salmista pueden ser muy oportunas en este aspecto, fíjate: “Sal. 56:3  “Cuando siento miedo,  pongo en ti mi confianza. Confío en Dios y alabo su palabra;  confío en Dios y no siento miedo.  ¿Qué puede hacerme un simple mortal?” Desafiante, ¿Verdad? Pero no es imprudencia ni arrogancia sino confianza segura en un Dios fiel.

“Y ni una sola de las buenas promesas del Señor a favor de Israel dejó de cumplirse,  sino que cada una se cumplió al pie de la letra”. Hay un mundo de promesas lista para cumplirse en ti. Espera, confía, ora, agradece, reclámalas como tuyas al Señor, y vive en función de que se cumplirán. Aquel que llega a la meta es aquel que vive el hoy con la convicción de la promesas cumplida ayer y planifica el mañana en base a eso.

 

PENSAMIENTO DEL DIA:

Aquel que llega a la meta es aquel que vive el hoy con la convicción de las promesas cumplidas ayer y planifica el mañana en base a eso.