En culturas orientales e incluso en algunos sectores de nuestra Amazonía, el concepto de las Bodas nupciales es sensiblemente distinto al concepto occidental al que estamos acostumbrados. La noción de contraer matrimonio, para nosotros, significa un momento, un acto ceremonial. No así para la cultura oriental hebrea de los tiempos bíblicos. Comprendiendo al detalle estas singularidades es que logramos apreciar en su totalidad lo bello de la relación de Cristo con nosotros (su iglesia), a la que se la presenta en el Nuevo Testamento como su esposa o su novia desposada. En aquellos tiempos y en aquella cultura las bodas constaban de tres partes bien diferenciadas. Primero era el “Pedido de mano” o desposorio. Aquí el pretendiente, hacía una visita oficial a la familia de la joven y le proponía matrimonio. Se pactaba el pago o dote, la fecha y los detalles más importantes, bajo promesa de regresar a buscarla. La novia había sido desposada o prometida al novio y seguía en casa de sus padres esperando su regreso. Siguiendo con nuestra analogía; Cristo-Iglesia, esto se cumplió hace dos mil años cuando el Cordero pagó con su sangre nuestro rescate y prometió ir a preparar lugar para nosotros, y regresar a buscarnos cuando todo estuviese listo.

Así estamos ahora, como una novia deposada en espera que su prometido la lleve a su hogar.Luego, al tiempo señalado, el novio venía a buscarla y se realizaba lo que se llamaba “La Presentación”. Ante familiares y amigos íntimos se celebraba el matrimonio en algún lugar privado. Eso se cumplirá en el cielo, y es  lo que la Biblia llama “Bodas del Cordero”. Lo podríamos comparar con el matrimonio civil de hoy en día y el posterior almuerzo a los concurrentes. Pero lo mejor está por venir. Una vez oficializado el matrimonio se presentaba ala pareja en público en el “Banquete de las bodas” o recepción. Esto también tendrá  lugar en  la Segunda Venida de Cristo a la tierra para reinar y disfrutar de un banquete por mil años. Con semejante marco de amor, festejo y fidelidad ¿no te gustaría ser parte de esa novia?… (Todavía hay lugar).

PENSAMIENTO DEL DÍA

Amar otra cosa aparte de Jesús es infidelidad espiritual.